La presión internacional se acrecentó este martes sobre Israel para llegar a un acuerdo de tregua con Hamás, que incluiría un nuevo canje de rehenes e impediría una anunciada ofensiva contra Rafah, en el sur de Gaza, donde se refugian más de un millón de palestinos.
El director de la CIA, William Burns; el jefe del Mosad, David Barnes; y el primer ministro de Catar, Mohammed bin Abdulrahman Al-Thani, se reunieron con funcionarios egipcios en El Cairo «para discutir una tregua en Gaza», según la televisión AlQahera News.
Las conversaciones se desarrollaron «en un ambiente positivo», según la cadena, que citó a un «alto cargo egipcio».
Las familias de los rehenes retenidos en Gaza enviaron un mensaje a la delegación israelí: «No volváis hasta que todos estén de vuelta. Los vivos y los muertos».
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ordenó recientemente al ejército preparar una ofensiva contra Rafah, en la frontera con Egipto.
Allí se concentran 1.4 millones de palestinos, según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), más de la mitad de la población total de la Franja de Gaza, la mayoría de ellos desplazados por la guerra que empezó hace cuatro meses.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, dijo esperar que las negociaciones «tengan éxito, para evitar una ofensiva total contra Rafah (…), que tendría consecuencias devastadoras» y que, según el jefe de operaciones humanitarias de la organización, Martin Griffiths, «podría llevar a una masacre».
China pidió a Israel que detenga «lo antes posible» su operación, para «evitar una catástrofe humanitaria aún más grave».
Netanyahu reiteró la víspera su determinación de continuar con la presión militar «hasta la victoria completa» contra Hamás, que tiene en Rafah es el «último bastión», y de liberar a «todos» los rehenes.
Israel liberó el lunes a dos rehenes israelo-argentinos en Rafah durante una operación nocturna acompañada de bombardeos que mataron a un centenar de personas.