«Proteger 30% de las tierras y los océanos para 2030» es un objetivo crucial de las negociaciones en la Conferencia de la ONU sobre biodiversidad. Pero también uno de los más debatidos: cómo medirlo, cómo aplicarlo, cómo no descuidar el 70% restante, también clave.
Activistas afirman que el llamado objetivo «30×30» es el equivalente para la naturaleza de la meta histórica de 1,5 °C de calentamiento global fijada en las negociaciones sobre el clima en el Acuerdo de París.
He aquí algunos datos sobre la iniciativa y las posiciones de países y expertos que participan en las conversaciones que se celebran en Montreal hasta el 19 de diciembre.
Excesivo
«El 30% es un mínimo, no un techo», sostienen la comunidad científica y los defensores del medio ambiente, muy preocupados por ver una cifra menos ambiciosa en el acuerdo final, cuando el 17% de las tierras y el 8% de los océanos están ya protegidos.
Sin embargo, Sudáfrica, seguido por Rusia y Arabia Saudita, abogó en las negociaciones por un objetivo general del 20%. Otros países, como China, Japón o Corea del Sur, están a favor del 30% para la tierra, pero proponen 20% para el mar para 2030.
Para no penalizar a los países muy densos o con poca costa, la cifra objetivo será probablemente global.
Se ayudaría a algunos países a asumir una mayor parte del esfuerzo, sobre todo si albergan zonas muy ricas en biodiversidad o decisivas contra el calentamiento global (como la Amazonía, por ejemplo).