Eran las 4 de la mañana del 14 de octubre de 2018. Suyapa Servellón, una joven salvadoreña, se encontraba en la fila de espera para ingresar a la plaza de San Pedro, en el Vaticano. Estaba entusiasmada porque iba a presenciar uno de los momentos más esperados en su vida: la canonización de Oscar Arnulfo Romero.
La joven viajó a Roma para presenciar la ceremonia debido a que, durante años, había trabajado en la causa de beatificación y de canonización. Uno de los recuerdos que guarda con más aprecio es cuando el papa Francisco mencionó el nombre y la obra de Romero en El Salvador.
Ella sintió muchas emociones porque finalmente el Santo era reconocido en la iglesia Católica. «Fue una emoción inexplicable. En el momento en el que papa Francisco mencionó el nombre de monseñor Romero, fue inexplicable la alegría y el júbilo que sentimos los salvadoreños que estábamos ahí. Yo pensaba en todas las personas que me habían pedido que orara por ellos cuando el papa dijera el nombre de monseñor Romero», recordó la joven.
Luego de la ceremonia, ella junto a otras delegaciones de salvadoreños lograron ver de cerca al papa Francisco, ya que desarrollaron una homilía en uno de los salones de la iglesia.
Posterior a la canonización, la joven regresó al país y ha participado en diferentes actividades para mantener viva la palabra y obra de Romero. Una de estas fueron las peregrinaciones que se desarrollaban hasta Ciudad Barrios, en San Miguel, a la tierra del mártir.
Suyapa vive en San Salvador, pero es originaria de Santiago Nonualco, en La Paz. En 2014 inició su acercamiento al trabajo del santo. Los principales aprendizajes los obtuvo de los diarios de Romero.
«Cuando uno se adentra en la vida monseñor Romero, descubre que era una persona sencilla, humilde, llena del amor de Dios hacia el prójimo. Lo que él mas buscaba era hacer ver las necesidades de los más necesitados», comentó la joven.
Según comentó, la causa de beatificación de Óscar Romero inició en 1990, pero fue el papa Francisco que reactivó la causa. Por lo tanto, en mayo de 2015, fue beatificado, y esta experiencia es muy significativa para Suyapa, porque sabía que era el primer paso que concretaba el camino de Romero a los altares.
Actualmente, Servellón es feligrés de la Parroquia La Transfiguración, en San Salvador, y colabora en un proyecto de evangelización llamados Sinopsis Film, la cual es una productora católica que se encarga de cubrir eventos de la iglesia y transmitir las misas.
En el futuro, Suyapa proyecta seguir promoviendo el mensaje de paz y hermandad del santo. «Romero para mi representa el amor y la lucha por los mas desfavorecidos. Es un santo que intercede ante Dios por nosotros», concluyó.