Carlos Velis se declara un salarrueriano total y asegura que sabe de memoria buena parte de la obra escrita por el gran Salvador Salazar Arrué (Salarrué).
De joven, tuvo la oportunidad de conocer al gran literato sonsonateco quien, junto a otra de las grandes plumas del país, Claudia Lars, se presentaba en recitales, exposiciones de pintura o los miraba cuando Salarrué visitaba a Lars en la Dirección de Publicaciones e Impresos (DPI), donde ella fungía como directora.
«Para nosotros, que en ese tiempo éramos jovencitos, cuando Salarrué y Claudia Lars llegaban a algún lugar los veíamos como dioses», confiesa.
Carlos Velis tiene una amplia trayectoria en las artes. A los 11 años comenzó con pintura junto a sus profesores Luis Ángel Salinas y Miguel Ángel Orellana. A los 16, entró a la academia Uquxkah para aprender escultura y dibujo humano con Benjamín Saúl.
Luego, aprendió teatro con Edmundo Barbero y selló su bachillerato (en teatro) en el Centro Nacional de Artes (CENAR) cuando había cumplido los 22 años. Siguió con la dramaturgia en Costa Rica y también en El Salvador. Moverse en el ambiente artístico le facilitó conocer a Salarrué a quien, incluso, visitó una vez en su casa en Los Planes de Renderos.
En 1929, Salarrué publica su obra «O-yarkandal» (que recoge 24 textos fantásticos), la cual llega a manos de Velis varios años más tarde, aunque desde la primera vez que la leyó quedó cautivado por su magia.
«Salarrué publicó este libro con historias especiales, muy mágicas. Valga decir que es un libro que tiene, más que de realismo mágico, realismo fantástico. Son cuentos donde se refleja algo interno de la persona a través de códigos mágicos. “La isla del ser y del no ser” habla de un príncipe que fue a conquistar una isla que se mueve en el océano y no se puede ver porque está hecha de espejos», comenta.
«Cinco tesoros»
En 2001, Carlos Velis (ya con una amplia formación y presentaciones dentro y fuera del país) decide rendir tributo a Salarrué y se inspira en «O-yarkandal».
Para su producción teatral se basa en cinco textos: «Para esta ocasión, he tomado cinco de estos tesoros, con el cuidado con que se manejan los misterios encerrados por siglos en los templos de la antigüedad: “Oración”, “La isla del ser y el no ser”, “Krosiska”, “Alm-a” y “Bajo las estrellas”».
No obstante, dice estar influenciado por otros textos de los cuales utiliza «fragmentos diversos […] con la más íntima intención de cumplir con el deseo de mi querido maestro, el narrador Saga: “¡Oh soñadores!, cuánto se ganaría si a cada historia se añadiera un perfume y una música intrínsecos, cohesivos, que produjeran la emoción pura», comparte Velis en el dosier de prensa que ha preparado para sus funciones.
La primera vez del monólogo salarrueriano «El señor del ensueño. Historias del imperio Atlante» fue en Washington D. C. (2001). Luego fue llevado al V Festival Internacional de Teatro Hispánico, celebrado en Arlington, Virginia, organizado por el Teatro de La Luna.
Desde ese momento, en El Salvador se ha presentado en San Salvador, Perquín, San Miguel, Chalatenango, Suchitoto, La Bermuda y Zacatecoluca.
En el extranjero, ha sido llevado a Guanajuato, Puebla y México D. F., en 2003. A Los Ángeles, California, en 2006 y 2007.
El personaje que Salarrué crea para narrar sus historias fantásticas es Eur-Alas Sagatara, también conocido como Señor del Ensueño Eur-Alas Ensueño y Sagatara. Especialistas aseguran que Eur-Alas es Salarrué al revés y concluyen que Sagatara es el alter ego del literato sonsonateco.
Sagatara ha cobrado forma humana en pinturas y publicaciones. También retoma algunos rasgos físicos del verdadero Salarrué.
«He retomado estos cuentos porque creo que tienen vigencia, tienen validez y la gente que los ha visto dicen que son hermosos […] Hace poco comencé mi periplo (teatral) de nuevo. Comencé en Honduras, en Teatro Bambú. Fui y presenté mi monólogo “El señor del ensueño. Historias del imperio Atlante”. Lo hice más para darme valor y, claro, la gente lo acogió bien. Me presenté en el Teatro Nacional en el marco de Las Noches Blancas [Les Nuits Blanches], en marzo pasado [en San Salvador]».
Velis habla de retomar su periplo teatral debido a que la pandemia lo mantuvo alejado de los escenarios durante mucho tiempo y este año vuelve a ellos.
50 años de trayectoria
Carlos Velis nació el 16 de mayo de 1951. Está por cumplir 72 años. Se graduó a los 22 años de bachiller en teatro del CENAR. Desde su graduación, cuenta 50 años de hacer tablas dentro y fuera del país.
«Este año cumplo 50 años de vida profesional en el teatro, es parte de la celebración. Salí del bachillerato en arte en noviembre, pero ya había tenido mi experiencia sobre todo con el teatro universitario», recuerda.
Su obra en La Galera Teatro es parte de la agenda 2023 que presenta este espacio cultural ubicado en San Salvador, creado por el también teatrero René Lovo.
FUNCIONES
Obra: “El señor del ensueño. Historias del imperio Atlante”
Fechas: viernes y sábado a las 8 p. m. Domingo a las 4 p. m.
Boletos: público general $10, estudiantes con carnés $6
Lugar: La Galera Teatro & Cocina se ubica en Condominio 2000 y calle de las Tres Torres, San Salvador. Teléfono 7593-2542
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FICHA TÉCNICA
Producción: O’yarkandal Producciones
Diseño y dirección general: Carlos Velis
Músicos: Danilo Villalta, Jorge Guillén
Sinopsis: «El señor del ensueño. Historias del imperio Atlante», escritas por el máximo escritor de El Salvador, han sido interpretadas con toda la veneración que merece una mitología nacida del alma pura de quien busca la espiritualidad, pero no dentro de los cánones que nos impone un sistema religioso, sino con un mensaje a través de los siglos hasta llegar a nosotros. Se ha respetado el lenguaje creado por Salarrué, dándole el valor musical que contiene. Los movimientos son de expresión libre y buscan la incorporación de naguales misteriosos como jaguares, serpientes, felinos y aves exóticas. En fin, tanto el cuerpo y la voz del intérprete, son puestos a prueba en una exigencia de entrega total; en una constante búsqueda de la creación de la creatividad con base en las imágenes creadas en esos cuentos tan desbordantes de imaginación. Para el montaje actual, se ha incorporado música con instrumentos alternativos, interpretados por un músico experimental.
Duración: de 40 a 50 minutos