Después de más de 25 años «mágicos y exitosos» en dos compañías de prestigio en California y otros estados de Estados Unidos, Carlos Esquivel, un sonsonateco que migró a ese país con una mochila cargada de sueños, adquirió en diciembre de 2021 su propio establecimiento, Restaurant y Pupusería La Sierra, en Riverside, California.
Desde pupusas, producto insignia con más de 6,000 despachadas cada semana, hasta sopa de patas y de gallina india y típicos componen el amplio menú de La Sierra al alcance de salvadoreños y residentes de distintas nacionalidades en esa ciudad californiana.
Llegar a satisfacer la demanda y las exigencias de sus clientes no fue fácil para Carlos, ya que, junto con su esposa, Carmen Esquivel, sus dos hijos y su socio, Omar Rodríguez, encontraron el negocio con cuatro colaboradores, un menú limitado e ineficiente atención al cliente.
«En alrededor de tres meses logramos enderezar el barco, y los clientes nos empezaron a dar crédito por mantener la calidad de la comida y elevar el servicio de atención al cliente a otro nivel. El enfoque nuestro siempre ha sido ofrecer la mejor calidad a un precio justo», afirmó en entrevista con «Diario El Salvador» en su moderno negocio.
![Salvadoreño sazona su éxito en EE. UU. con restaurantes La Sierra 2 Diario El Salvador sdcfgbg](https://diarioelsalvador.com/wp-content/uploads/2024/06/sdcfgbg.jpg)
En tres años, la sociedad familiar mejoró no solo la calidad, sino que también logró emplear a más de 35 trabajadores y establecer una sólida relación con los clientes mediante las tecnologías, el «delivery» y el branding, además de la apertura en enero de 2024 de su segundo restaurante en Moreno Valley, California.
Carlos llegó a Estados Unidos en 1997 «con muchos sueños al hombro» y mucha incertidumbre por llegar a un país con un lenguaje y costumbres ajenas.
Su sueño se comenzó a forjar cuando tuvo la oportunidad de trabajar lavando pisos y baños en la cadena de restaurantes Pollo Loco, y después aprendió a marinar el pollo. Tras un tiempo de hacer su trabajo con pasión fue promovido a supervisor de turno, en 1999. Al año siguiente fue ascendido a asistente de gerente y en 2001 manejó su primer restaurante como gerente general.
Entre 2005 y 2015 se abrió paso en la compañía con la dirección de operaciones hasta participar en la apertura de nuevos mercados en otros estados. En 2019 fue promovido a director de operaciones del corporativo para tomar las riendas de la mitad de la compañía, que significaba 110 restaurantes bajo su administración.
Ese mismo año renunció a Pollo Loco para tomar un cargo similar en una importante cadena de supermercados, donde después de año y medio renunció para emprender su propio negocio, restaurante La Sierra. Así concluyeron más de 25 años «mágicos y exitosos» de crecimiento personal y profesional.
Además, su relación con Pollo Loco se queda para siempre, puesto que en 2022 apareció una oportunidad de adquirir, junto con otros socios, Pollo Loco en San Antonio, Texas, donde cumplió otro sueño profesional con la adquisición hasta la fecha de 14 restaurantes, dos en Luisiana, para sumar más de 200 empleados.
Por otra parte, la nueva realidad de su país natal no es indiferente para Carlos, quien afirmó que «Es mágico lo que sucede en El Salvador porque en todos estos años que me ha tocado ir al país se ve la evolución. Es una seguridad increíble, se siente muy rico caminar por el país y andar a gusto».