En cumplimiento a la Ley Amor Convertido en Alimento, 23 salas de lactancia materna han sido habilitadas en empresas privadas y organizaciones a escala nacional, acciones que han sido acompañadas y supervisadas por el Despacho de la primera dama, Gabriela de Bukele, y el Ministerio de Salud (Minsal).
«Como psicóloga, educadora prenatal y mamá les puedo asegurar: la lactancia materna es una fuente de alimento y nutrición. Contiene los anticuerpos, vitaminas, minerales y el agua que cada bebé necesita para el desarrollo», expresó la primera dama Gabriela de Bukele.
Enfatizó que, para proteger la lactancia materna, desde el Gobierno se han implementado leyes, políticas y acciones, siendo El Salvador uno de los pocos países que cuenta con un marco centrado en el bebé, la mamá y su familia.
Los artículos 22 y 23 de la Ley Amor Convertido en Alimento establecen que toda institución pública, privada y en general, cualquier instancia donde laboran o asisten mujeres en edad fértil, embarazadas y en período de lactancia, deberán instalar salas de lactancia y asegurar su funcionamiento.
A escala nacional se han habilitado más de 200 salas de lactancia, tanto en instituciones públicas, como en empresas y organizaciones, como en el caso de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
«Con este tipo de iniciativas de fomento, protección y apoyo a la lactancia materna, desde las empresas e instituciones, se generan beneficios como mejores ambientes laborales, pues las mamás lactantes pueden combinar la lactancia con sus labores; mayor rendimiento, lealtad, productividad y espíritu de grupo.
Asimismo, existe una reducción del estrés y la ansiedad de la mamá al regresar a un lugar que le permite continuar amamantando a su bebé, disminución del ausentismo y costos de atención en salud, detalló el Despacho de la primera dama.
«La leche materna es amor convertido en alimento, crea vínculos de seguridad, cariño y confianza y paz entre la mamá, su bebé y su familia. Es un momento de conexión inigualable, donde puedes besarlo, apapacharlo, hablarle bonito, leerle, cantarle y jugar con él», afirmó Gabriela de Bukele.