En los primeros seis meses del año, más de 300 mujeres y niños fueron secuestrados en Haití por grupos criminales, quienes se han apoderado de la capital, Puerto Príncipe. Esta cifra iguala al registro de todo el año pasado y casi triplica los de 2021, según un nuevo reporte del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).
El informe señala que en la mayoría de casos, los grupos armados raptan personas con fines económicos o tácticos. El director regional de UNICEF para América Latina y el Caribe, Gary Conille, calificó de «espeluznantes e inaceptables» las historias que les cuentan sus compañeros en el terreno. «Las víctimas que consiguen regresar a casa se enfrentan a profundas cicatrices físicas y psicológicas, posiblemente durante muchos años», indicó.
«Las mujeres y los niños no son mercancías. No son moneda de cambio. Nunca deben verse expuestos a este tipo de violencia inconcebible. La creciente tendencia de secuestros y raptos es extremadamente preocupante, y amenaza tanto al pueblo de Haití como a quienes han venido a ayudar», dijo. «He sido testigo de la extraordinaria resistencia de los niños, las mujeres y las familias haitianas, que se enfrentan a retos aparentemente insuperables y se niegan a rendirse», señaló Conille.
«Sin embargo, su valentía encara un terror cada vez mayor e impensable. Esto debe terminar de inmediato», exhortó.
UNICEF define la situación de Haití como catastrófica. Cerca de la mitad de la población, 5,2 millones de personas, precisa ayuda humanitaria, entre ellas casi tres millones de menores, asegura la agencia. La violencia, los saqueos, el bloqueo de carreteras y la generalizada presencia de grupos armados, que van en aumento, obstaculizan las labores humanitarias, denunció UNICEF.