Cuando Little Boy explotó sobre la ciudad de Hiroshima el 6 de agosto de 1945, Emiko Okada tenía ocho años.
Sobrevivió al estallido de 16 kilotones que destruyó la mayoría de las edificaciones en toda la ciudad y mató a japoneses y extranjeros, incluidos prisioneros estadounidenses y estudiantes universitarios de China y Corea.
Emiko era una de los 350,000 habitantes de Hiroshima y, como el resto de sus compañeros de tercer grado, había sido evacuada hacia una zona rural a 2.4 kilómetros del epicentro de la explosión, donde cultivaban un huerto.
Su hermana mayor tenía 12 años y había sido enviada, con otros alumnos, a desmantelar edificios para que no se incendiaran con los constantes bombardeos que la ciudad recibía de parte de la aviación de Estados Unidos.
La noche previa al ataque atómico, las alarmas de bombardeos no dejaron de sonar. Su hermana nunca fue encontrada. Emiko murió en abril de 2020 a los 84 años.