Pachita, su nombre de pila para toda la vida, nació siendo reina por su carisma y personalidad. Pero no fue hasta 1936 que recibió una corona por primera vez. Esa primera vez también lo era para las capitalinos, antes de ella nunca hubo coronación o reina de las fiestas patronales de San Salvador dedicadas al Divino Salvador del Mundo.
Después de ese momento histórico, Ruth «Pachita» Paulita Tennant Mejía también se convertiría en un personaje público, parte de la historia y de los recuerdos en cada festejo agostino hasta el día de hoy.
Nacida en Argentina, llegó a El Salvador junto a su madre, por quien recibe el nombre de Pachita, y con su padre.
A los 17 años fue buscada por los estudiantes de la Universidad de El Salvador para ser su reina. La votación la dejó en desventaja y por 18 votos no fue su reina. Pero alguien más ya la tenía en la mira para darle una corona.
Carlos Dreyfus, el entonces alcalde San Salvador, la llama y le dice que por decisión unánime el concejo la ha nombrado como la primera reina de la capital.
Ella, una muchachita de 17 años, se sintió alegre y aceptó. El carisma y la presencia de Pachita la distinguió desde siempre, tanto fue así que el presidente Maximiliano Hernández Martínez pidió ser quien colocara la corona sobre la cabeza de la joven. Así fue, Pachita narraría en innumerables entrevistas ese justo momento en el que, incluso, le dijo al general Martínez que estaba colocando la corona al revés.
En una entrevista con el medio digital Contra Punto Paulita Pike (hija de la histórica reina) dijo recordar a su madre como alguien popular, a donde ella iba la conocían. Era una reina o como dijo en la entrevista «Pachita nunca se bajó la corona, desde 1936».
La primera reina quedó inmortalizada en las portadas de los periódicos y en varias fotos en las que su blancura y juventud resaltan. Pachita siempre consignó que no era la más bella, pero sí muy simpática.
La sencillez, espontaneidad y el carisma la acompañaron durante toda su vida y en toda su labor. El apellido Pike vino con su matrimonio con el historiador Fred Pike.
Para Pachita, durante su reinado y durante toda su vida, ayudar al prójimo a partir de ese cargo era lo más importante. Su mensaje era el de aprovechar ese momento, ese cargo, porque al ser reina se abrían muchas puertas para ayudar a los demás, sino ¿qué propósito tenía la coronación?
Durante toda su vida, se mantuvo activa y en la memoria de los salvadoreños. De hecho, recibió varios reconocimientos como reina. Por ejemplo, durante su gestión, la exalcaldesa Violeta Menjívar le dio el título de reina vitalicia, mientras que el exalcalde Norman Quijano le entregó un reconocimiento y una nueva banda de reina cuando cumplió los 75 años de su reinado.
En octubre de 2010, el Centro Español le entregó en homenaje la condecoración «Cruz de Santiago Apóstol», reconocimiento que se entrega a las personalidades que han dado un aporte a la cultura salvadoreña.
Pachita dejó el ámbito terrenal en junio de 2014, a los 95 años. Sin embargo, la primera reina está presente y cada agosto lo es más. Su reinado, sin duda jamás pasará al olvido.