Una corte de Texas respaldó el viernes un programa de la administración del presidente Joe Biden que permite el ingreso mensual a Estados Unidos de 30,000 migrantes de cuatro países por razones humanitarias, y que gobernadores conservadores intentaron desactivar.
Como una respuesta a la crisis migratoria que enfrenta el país, el gobierno federal permite desde fines de 2022 a ciudadanos de Venezuela y desde 2023 a naturales de Cuba, Haití y Nicaragua a solicitar la entrada a Estados Unidos por razones humanitarias para una estancia temporal de hasta dos años. Deben ser patrocinados por una persona con permanencia legal en el territorio.
Bajo este «parole» humanitario se buscaba contener los cruces irregulares por la frontera sur del país desde México y motivar a quienes buscan asilo a utilizar las vías permitidas. Para acceder al programa deben llenar un formulario y, tras ser autorizados, entrar al país por vía aérea.
Esta medida fue considerada ilegal por Texas, que junto a otros 20 estados bajo dominio republicano pidieron la intervención judicial. En su demanda, el estado texano aseguraba que este plan les ocasionaría millonarios gastos en atenciones médicas, educativas, administrativas e incluso en materia penitenciaria.
Pero el juez federal de distrito, Drew Tipton, dijo que «los demandantes no han demostrado que Texas haya sufrido un daño. Esta corte no ve ilegalidad en el programa», agregó en su resolución.
La crisis migratoria es un tema clave en las elecciones presidenciales de noviembre de 2024 donde, salvo sorpresas, el republicano Donald Trump enfrentará al demócrata Biden.