La delantera estadounidense Trinity Rodman se está haciendo un nombre en el mundo del fútbol y si por algo destaca es por la misma determinación que exhibía su famoso padre, Denis Rodman, cinco veces campeón de la NBA y compañero de Michael Jordan en los Bulls de Chicago.
A sus 21 años, Trinity Rodman es una de las jugadoras más prometedoras de la selección estadounidense, que debutará en el Mundial Femenino el sábado ante Vietnam, donde el ‘Team USA’ aspira a una quinta corona, la tercera consecutiva.
Y también está llamada a liderar la renovación en el equipo estadounidense y tomar el relevo de las estrellas actuales, como Megan Rapinoe y Alex Morgan.
No obstante, la joven Trinity Rodman asegura que ha sido su madre, Michelle Moyer, quien le ha transmitido los valores que muestra dentro y fuera de las canchas.
Pese a no tener nunca demasiado contacto con su famoso padre, sí ha heredado las características que el pivote exhibía en las canchas de la NBA.
«He visto jugar a mi padre más de lo que la gente piensa», aseguró Rodman antes de volar a Nueva Zelanda, donde Estados Unidos disputará sus partidos de la primera fase.
«Y mi hermano también creció viendo videos de mi padre», añade bromeando en referencia a otro de los hijos del basquetbolista, DJ Rodman, quien a sus 22 años está acabando al universidad antes de dar el salto a la NBA.
El progenitor fue uno de los baloncestistas más destacados de finales de la década de 1980 y de los años 1990: cinco veces campeón de la NBA, dos con Detroit (1989 y 1990) y tres con Chicago (1996-1998), donde coincidió con Michael Jordan; siete veces máximo reboteador de la liga estadounidense, dos veces mejor defensor del campeonato, y miembro del prestigioso Salón de la Fama.
Más allá de su juego, donde plantó cara a pivotes de la talla de Shaquille O’Neil, a Denis Rodman se le recuerda también por sus extravagancias fuera de las canchas.
«Está claro que mi padre tenía un don para el rebote. Es la misma determinación que ante la portería, cuando pierdes la pelota. Creo que una gran parte de mi juego consiste en bajar a recuperar la pelota y ser la primera en meter el pie, la rodilla, la tibia o lo que sea», explicó la delantera californiana que juega en los Washington Spirit.
«Aunque no fuera el primero en meterse bajo canasta o tuviera al lado a ‘Shaq’ (O’Neal), que era más grande, más alto, siempre cogía el rebote. Es una cuestión de ‘timing’, de anticipación, de movimientos del cuerpo, de posicionamiento, de todo».
Contrato de un millón de dólares
Su inteligencia deportiva y su mentalidad han permitido a Trinity Rodman un ascenso fulgurante.
A los 18 años se convirtió en la jugadora más joven es ser drafteada en la National Women’s Soccer League (NWSL), el campeonato femenino profesional estadounidense, donde fue elegida en segunda ronda por el equipo de la capital.
Dos meses más tarde, entró en la historia al firmar el primer contrato de la NWSL que llegaba a un millón de dólares anuales.
Con la vista atrás, Rodman admite que este hecho le dio la presión necesaria para demostrar que estaba a la altura de un contrato de siete cifras que estrellas como Rapinoe y Alex Morgan nunca tuvieron.
Inmediatamente destacó al marcar ya en su primer partido, entrando como suplente.
El rápido ascenso y las expectativas creadas dificultaron no obstante su año de ‘rookie’ (debutante), pero con ayuda de su familia ha logrado mantener siempre los pies en el suelo y gracias a su voluntad de aprender de los errores ha seguido progresando en el terreno de juego.
Rodman ha marcado 19 goles en 63 partidos con su club y otros cuatro tantos en 18 encuentros internacionales, con un doblete frente a Gales en el último partido de preparación mundialista.
«Antes sólo quería pensar en mis actuaciones buenas y no en las malas, porque eso me hacía más daño (…) Pero si no quieres verte fracasar, nunca estarás en condiciones de progresar», asegura como filosofía de vida.