El mundo de los certámenes de belleza, desde siempre se pensó que era espacio únicamente para mujeres; sin embargo, con el correr de los años y con sociedades mucho más inclusivas la idea ha ido cambiando.
El competir en un certamen para hombres, aún guarda ciertos tabúes que no son fáciles de romper y que en la mayoría de los casos genera polémica entre la gente. Pero, ¿te imaginas haber participado en un certamen de belleza hace muchos años atrás, por ejemplo, en 1994? Y más polémico aun, ¿convertirte en el primer Míster Joven Internacional de El Salvador?
Pues este fue el caso de Jaime Paz, quien a sus 22 años, se convirtió en el primer Míster El Salvador, y no solo eso, además gano el Míster Joven Internacional de ese mismo año, convirtiéndose en el único en la historia de nuestro país en ostentar el título.
«Yo fui en secreto. Solo le dije a mi mamá y a mi mejor amiga, pero les dije: “No digan nada. Me voy a Puerto Rico a un concurso y voy a representar a El Salvador»
Jaime Paz, Míster Joven Internacional 1994.
Para Jaime Paz, lo que comenzó como un simple comentario por parte de un amigo pronto se convertiría en todo un suceso, y que además lo llevaría a poner en alto el nombre del país por medio de una situación poco convencional en ese entonces.
«Yo tenía un amigo que trabajaba para la farándula, él era representante de grupos como Timbiriche y toda esa gente. Él me dijo que andaban buscando a alguien para representar a El Salvador y me dijo que me quería recomendar a mí y bueno ahí comenzó todo», recuerda.
En ese año, Paz fue electo sin competencia previa, ya que los organizadores no se sentían preparados para realizar un evento de elección de ese tipo.
A pesar de ello, Jaime reunía una serie de requisitos que consideraban indispensables para poder hacer un buen papel en el concurso en el que competirían contra otros países, mismos que había adquirido a lo largo de su vida profesional y laboral.
«Me dijeron que cumplía con varios de los requisitos para hacer un buen papel en el concurso. Era bilingüe, también tenía condición física, porque siempre me gustó hacer deportes y, además, fui parte del equipo nacional de natación, lo que también me otorgó espíritu de competencia. Tocaba chelo también y, pues, ellos creyeron que todo eso me podían ayudar».
Con la emoción de la noticia y tras fijarse la idea de competir, Paz decidió manejar el suceso en privado, ya que según lo expresa, en ese momento competir en ese tipo de concursos no era bien visto por la sociedad y tampoco por algunos miembros de su familia. Por lo que decidió comentárselo únicamente a su madre y a su mejor amiga.
«Yo fui en secreto. Solo le dije a mi mamá y a mi mejor amiga, pero les dije: “No digan nada. Me voy a Puerto Rico a un concurso y voy a representar a El Salvador. Este va a ser un secreto para siempre”. Y, pues, el secreto no duró mucho porque al ganar el concurso fue un gran suceso. Al principio lo pensé así porque somos una sociedad terrible y pensaba en lo que iban a decir. La verdad que los estereotipos de un concurso de belleza son fuertes, estas cosas no eran bien aceptados, aún en estos tiempos», comenta.
Es así como sin preparación previa, más que unos esporádicos pero sustanciales consejos de «misses» de esa época, que Jaime emprende viaje rumbo a Puerto Rico sin la más remota idea de lo que estaba por suceder.
Un triunfo inesperado
Y que seria de la vida sin riesgos, comenta Paz, tras recordar lo nervioso que se encontraba yendo rumbo al certamen.
La experiencia que sin duda le cambiaría la vida no era nada sencilla ya que durante el recorrido debía demostrar virtudes y cualidades del hombre salvadoreño reflejada a través de él. Y no solo eso, además como es lo evidente en estos concursos, competir con 26 representantes de diferentes países con mucha más experiencia y preparación.
Tras llegar al evento, Jaime comenzó a ver en cada actividad una oportunidad para catapultarse y hacerse notar entre los demás.
Pese a su poca preparación, considera que una de las claves para lograr posicionarse fue la confianza en sí mismo y el planteamiento de metas y objetivos.
«La única asesoría que tuve fue un día antes de partir. Hubo una presentación de “misses” y ahí estaba la mamá de Milena Mayorga. Ella me preguntó: “Jaime, ¿ya estás preparado?”, y yo pregunté: “¿para qué?”, y me respondió: “para las preguntas”. Me comentó que debía pensar en respuestas para unas interrogantes que ella me dijo en ese momento y que creía me podían formular. Esa fue toda mi preparación. Claro, en el evento también me ayudó mucho la confianza en mí mismo e involucrarme en todo. Creo que eso es fundamental».
Durante el evento, como es lo habitual, se realizaron diferentes presentaciones en las que Jaime logró sumar puntos.
En la entrevista preliminar pudo posicionarse en tercer lugar, lo que lo catapultaba automáticamente a estar dentro de los tres primeros lugares en la final del concurso. Con esa noticia y tras su buen desenvolvimiento en una de las etapas mas importantes de la competencia, el joven salvadoreño comenzó a creer que podía llegar más alto.
«Los jueces me dijeron que había quedado en tercer lugar y que seguramente quedaría en los primeros tres lugares del evento. Ahí entendí la gran posibilidad que tenía y comencé a pensar qué haría si ganaba. Fue una sensación demasiado increíble».
El día del evento final, después de todas las participaciones de los aspirantes y con los nervios propios que se viven en estos eventos, Paz se convirtió en finalista junto a Perú, para finalmente resultar electo y convertirse en el Míster Joven Internacional 1994.
«La emoción fue increíble, no lo podía creer. Me comenzaron a decir que al día siguiente yo tenía algunas actividades y gira de medios, y en ese momento pensé que solo había pedido permiso hasta ese día en la oficina, fue gracioso, no sabia cómo hacer. Pero luego pensé, bueno, que venga lo que tenga que venir. Me sentí super orgulloso de haber puesto a El Salvador en alto».
Nuevas oportunidades
Luego de haber obtenido el título, Paz nunca imaginó el impacto a nivel internacional de su triunfo. Su hazaña lo llevó a diferentes giras por diferentes medios televisivos, impresos y radiales, incluso, hasta a llegar a conocer al alcalde de la ciudad sede del evento de Míster Joven Internacional que ese año se desarrolló en Puerto Rico.
En El Salvador, de igual manera, la noticia no se hizo esperar, y lo que Paz decidió guardar como secreto pronto acabó.
La noticia se publicó en diferentes medios de comunicación causando que la familia y principalmente el padre del joven se enterara y cuestionara su participación.
«Mi papá era muy estricto. Nunca le gustaron ese tipo de cosas y cuando llegué a la casa me dijo: “¿y esto qué es?” Yo me quedé helado. Le dije: “No es lo que piensa” […] Le expliqué que sí, el físico contaba pero que valoraban muchas cosas como la cultura, la educación y los valores, y que eso era lo que había intentado demostrar en la competencia. Finalmente me dijo: “Qué bueno, te felicito. Me siento super orgulloso».
Tras haber superado el impase, Jaime finalmente comenzó a disfrutar el sabor de la victoria, y con ello también las nuevas oportunidades que se le abrían gracias al título obtenido.
Pronto iniciaría su carrera en el mundo del modelaje y la publicidad comercial, logrando posicionarse como uno de los rostros más cotizados a nivel nacional.
También, continúo haciendo diferentes actividades de labor social, participaciones en otros concursos de belleza como invitado y también como representante.