Desde inicios del año, El Salvador fue declarado libre de malaria por parte de la Organización Panamericana para la Salud (OPS), pero el Ministerio de Salud (Minsal) no baja la guardia y mantiene la vigilancia en las fronteras como en El Amatillo, de Pasaquina, en La Unión.
En este punto fronterizo se lleva a cabo una vigilancia sanitaria de las personas para evitar que haya casos importados. También en los establecimientos de salud se lleva un control más estricto con todos los pacientes que consultan por síntomas como fiebre. Son sometidos a la prueba de la gota gruesa para descartar la presencia de la enfermedad.
«Cuando vienen personas de Honduras y Nicaragua y con fiebre, tenemos un equipo en El Amatillo que lleva la vigilancia con el reglamento sanitario internacional para una detección temprana y dar tratamiento si una persona trae el parásito de la malaria», explicó Sergio Zelayandía, del Minsal.
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En lo que va de este año, el Sistema Básico de Salud Integral (Sibasi) de La Unión no ha detectado ningún caso sospechoso ni positivo de malaria entre las personas extranjeras que ingresan al país por la frontera unionense.
El personal de salud recomienda a las personas que, en el momento que sientan fiebre, se acerquen a consultar a los establecimientos de salud para hacerse la prueba y descartar la enfermedad.
Los síntomas de la malaria son casi similares a otras enfermedades febriles como el dengue, porque siempre se presenta con fiebre, dolor de cabeza, en el cuerpo, malestar general.
Las autoridades del Minsal recomiendan que, cuando la persona sienta estos síntomas, acuda a cualquier establecimiento de salud para someterse a la prueba de la gota gruesa.