Las fuerzas de seguridad de Sudán lanzaron este sábado gases lacrimógenos contra miles de manifestantes que protestaban contra el poder a pocos cientos de metros del palacio presidencial en Jartum, dos meses después de un golpe militar y una represión que dejó 48 muertos.
Como pudo ver un periodista de la AFP, los manifestantes evacuaron a los heridos por las granadas lacrimógenas.
Los manifestantes, que protestaron bajo el lema de «los militares vuelvan a los cuarteles», se situaban a unos cincuenta metros del palacio de Jartum, la capital, sede actual de las fuerzas de transición lideradas por el general Abdel Fattah al Burhan, autor de un golpe de Estado hace exactamente dos meses.
Desde primeras horas del día, las autoridades intentaron bloquear el país: internet desapareció de los celulares y las comunicaciones telefónicas no funcionan. Además, los manifestantes de los barrios de Jartum descubrieron que los puentes del río Nilo estaban bloqueados con enormes contenedores.
Lo que no impidió que miles de personas se concentraran el sábado frente al palacio presidencial para manifestarse contra el ejército, su jefe Burhan e, incluso, el primer ministro civil Abdalá Hamdok, que recuperó su puesto cuando aceptó reconocer la situación tras el golpe, es decir, la ampliación del mandato de Burhan por dos años.
Los partidarios del poder civil mostraron hace una semana, durante el tercer aniversario del inicio de la «revolución» que en 2019 obligó al ejército a acabar con 30 años de dictadura militar islámica de Omar al Bashir, su capacidad de movilización.
Ese día, las fuerzas de seguridad dispersaron a los miles de manifestantes disparando munición real y gases lacrimógenos. La ONU denuncia que también se dieron violaciones.
Este sábado, las autoridades aislaron a los sudaneses del resto del mundo.
«La libertad de expresión es un derecho fundamental e incluye el acceso total a internet», protestó el emisario de la ONU, Volker Perthes, «nadie debería ser detenido por querer manifestarse», añadió, ya que los militantes prodemocracia afirman que desde el viernes hubo detenciones.
Ante el temor de una nueva escalada de violencia, el sindicato de médicos prodemocracia (que lleva el conteo de las víctimas de la represión desde 2018) pidió al mundo «estar vigilante por lo que va a pasar», a pesar de los problemas para que salgan imágenes del país.