Este incremento ha sido catalogado por especialistas como el camino hacia una epidemia de trastornos del sueño.
«La pandemia nos está llevando a una epidemia de trastornos del sueño, y estos ya son un problema de salud pública. El no dormir bien conlleva a tener malos trabajadores, personas con enfermedades crónicas a temprana edad, personas jóvenes con obesidad, hipertensión, diabetes, enfermedades cerebrovasculares, trastornos del afecto y del estado de ánimo, y todo esto podría explicarse por un trastorno del sueño», dijo la jefa del laboratorio del sueño del Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS), Roxana Carrillo.
En el ISSS se registró un aumento en la consulta de la clínica del sueño, un hecho que fue reportado también a escala mundial. Entre los trastornos identificados están las pesadillas, el insomnio y la apnea del sueño.
«Como clínica del sueño del Seguro Social a escala nacional brindamos 1,200 consultas en 2021. En el mundo se ha incrementado la consulta sobre el insomnio, las pesadillas y el ritmo circadiano. Este último se refiere a que pasábamos [en pandemia] todo el día en pijamas, no nos bañábamos, trabajábamos desde casa y no había un marcador del tiempo que nos obligara a prepararnos para situaciones cotidianas. Estando en casa había personas que dormían en el día, se quedaban en la noche viendo noticias y como todo era coronavirus se les quitaba el sueño y volvían a dormir de día. Eso es un trastorno del ritmo circadiano», indicó.
Comentó que en el mundo existe un banco de sueños en el que se hicieron estudios en personas que trabajan en atención primaria de la pandemia y se registró ansiedad, estrés postrauma, lo que se tradujo en el incremento de las pesadillas en el personal.
Asimismo, hay factores que contribuyeron a que la pandemia generara los trastornos del sueño, entre estos el miedo a la enfermedad, la alteración de las actividades cotidianas y el mayor uso de dispositivos móviles y plataformas de «streaming», como consecuencia de pasar más tiempo en casa durante el confinamiento.
Este último factor ha afectado no solo a los adultos, sino a los niños en los que aumentó significativamente el uso de pantallas para entretenerse. «Lamentablemente, desconocemos que los niños no deben estar expuestos tanto tiempo a las pantallas, y eso a la larga hace que pasen más tiempo en vigilia, menos horas de sueño, y el sueño es importante en la niñez para el crecimiento, la memoria y el aprendizaje. La hiperactividad de un niño está relacionada a no dormir bien», explicó la doctora Carrillo.
Parte de las consecuencias de no dormir adecuadamente es la obesidad y el desarrollo de enfermedades crónico-degenerativas tanto en adultos como en menores de edad.
«Ahora vemos niños obesos, algo que no veíamos antes porque jugaban más, pero ahora están mucho tiempo en las pantallas y la obesidad está relacionada con la apnea del sueño. Tenemos apnea del sueño en infantes, tenemos pacientes con apnea del sueño mucho más jóvenes de lo que en los libros se describía hace 10 años», detalló la doctora.
ACCIONES
Para prevenir este tipo de afecciones es necesaria una higiene del sueño, practicar deporte, meditación y establecer un horario para dormir. Ante el padecimiento de un trastorno se debe buscar ayuda para evitar cualquier complicación.