España endureció su legislación contra la violencia sexual, estableciendo la obligación de un consentimiento explícito, una medida minoritaria en Europa que el gobierno de izquierdas de Pedro Sánchez abanderó después de la violación en grupo de una joven.
Conocida como la ley del «solo sí es sí», la nueva norma «de garantía integral de la libertad sexual» fue aprobada por el Congreso este jueves por 205 votos a favor y 141 en contra.
El texto, que implica una reforma del Código Penal español, sitúa en el centro el «consentimiento», que solo se entenderá «cuando se haya manifestado libremente mediante actos que (…) expresen de manera clara la voluntad de la persona».
La utilización de violencia o de intimidación ya no serán, por tanto, necesarias para tipificar un delito de violación, como ocurría hasta ahora.
«Por fin nuestro país reconoce por ley que el consentimiento es lo que tiene que estar en el centro de todas nuestras relaciones sexuales», se congratuló Irene Montero, ministra de Igualdad del gobierno de Pedro Sánchez, a las puertas del Congreso.
«La Manada»
Esta cuestión fue clave en el caso de «La Manada», la violación grupal en 2016 a una joven de 18 años durante las fiestas de San Fermín en Pamplona (norte) por parte de cinco hombres que grabaron los hechos, jactándose de sus acciones y compartieron las imágenes por WhatsApp.
Su condena en primera instancia, en abril de 2018, fue a nueve años de prisión por el delito de «abuso sexual». Definido por la ausencia de violencia o intimidación, este delito, que implicaba penas menos estrictas, desaparecerá ahora con la nueva ley.
Esa primera pena provocó masivas movilizaciones de mujeres en España bajo el lema «Yo sí te creo», además de numerosas peticiones para endurecer el Código Penal.