México y Estados Unidos intentan localizar a cuatro estadounidenses secuestrados el viernes en la ciudad mexicana de Matamoros, en un hecho en el que murió una mujer, informaron ayer autoridades de ambos países.
«Todo el gobierno está ahí trabajando» en su búsqueda, dijo este lunes el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, al confirmar el rapto durante su habitual rueda de prensa.
«Este tipo de ataques son inaceptables», indicó por su parte la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, en una sesión informativa, y añadió que el gobierno del presidente Joe Biden está siguiendo de cerca el caso.
Durante el secuestro murió una ciudadana mexicana, confirmó el fiscal estatal de Tamaulipas, Irving Barrios, quien ratificó que hay labores en curso para localizar a las víctimas y conocer las circunstancias del hecho.
Por ahora, las pesquisas se centran en el análisis de los dos vehículos involucrados en el secuestro, el levantamiento de huellas dactilares y la revisión de cámaras de seguridad públicas y privadas que registraron la agresión.
Según López Obrador, las víctimas son ciudadanos estadounidenses que «cruzaron la frontera para comprar medicamentos en México y hubo una confrontación de grupos y fueron ellos detenidos». Los estadounidenses habían llegado el viernes a Matamoros (estado de Tamaulipas, noreste) en una furgoneta blanca con matrícula de Carolina del Norte, según informó el domingo la Oficina Federal de Investigaciones estadounidense, FBI. Matamoros se ha visto golpeada por la violencia vinculada con el narcotráfico.