La distópica película tendencia de Netflix, «Dejar el mundo atrás», que se estrenó hace unas semanas, ha dado de qué hablar entre los usuarios de la plataforma streaming, ya que es una historia compleja, y llena de suspenso, que cuenta con un final que invita a la interpretación de la audiencia.
Antes de hablar sobre el mensaje de la película y su controversial final, hay que abordar la historia basada en la novela de Rumaan Alam, que lleva el mismo nombre. La historia parte de una pareja de esposos (Julia Roberts e Ethan Hawke) que deciden llevar a sus hijos de vacaciones, cuando de pronto, reciben la visita de los propietarios (Mahershala Ali y Myha´la Herrold) de la casa en donde se encuentra alojados, que buscan refugio luego de percibir que las telecomunicaciones han fallado de manera repentina.
¡Alerta de spoilers a continuación!
La película, a medida va avanzando, se va tornando cada vez más indescifrable, ya que el suspenso está a la orden del día, sin indicios de que las dudas se disipen de alguna manera. Esta espiral de catástrofes como barcos de carga encallando en las playas, aviones estrellándose, vehículos autónomos colisionando unos con otros, armas sónicas, y bombas impactando ciudades, dejan en evidencia la vulnerabilidad de la humanidad está expuesta en el siglo XXI, con su dependencia a las tecnologías.
Los celulares muertos, sin señal en la televisión, sin internet, y sin posibilidades de administrar dinero digital, a estas amenazas son expuestos los protagonistas que ejemplifican al ser humano actual y su incapacidad para sobrevivir sin la ayuda de la tecnología.
Otra de las reflexiones que surge de una conversación entre G Scott, interpretado por Mahershal Ali, y Amanda (Julia Roberts), es el daño que infringen los humanos a su misma especie, a diario, y también, hacia el mismo ecosistema en el que habita.
¿Por qué el director Sam Esmail cambió el final de la película?
El director de «Dejar el mundo atrás», Sam Esmail, cambió el rumbo del final con respecto a la novela, y es que, a diferencia del libro en donde Rose (hija los protagonistas Clay y Amanda) se dedicaba a recolectar suministros para un posible reencuentro con su familia en un búnker, el cineasta decidió que la niña alcanzara su banal objetivo de terminar de ver el final de «Friends», dejando así una conclusión totalmente abierta.
Según The Hollywood Reporter, Esmail escogió este final porque «sabía que al hacer esta película que queríamos ir en esta dirección provocativa y asumimos el riesgo de que dividiera a la gente, y con suerte de una manera buena, porque eso provoca la conversación», además, hace alusión al «escapismo puro» al que suele recurrir el ser humano cuando ha «perdido de vista la humanidad que tenemos en común, cuando nos sentimos aislados».