El grupo aéreo IAG, casa matriz de British Airways e Iberia, comunicó ayer que anuló sus vuelos hacia la capital rusa, Moscú, y desvió sus rutas de este país ante el estallido de la guerra con su vecina Ucrania.
«Hemos tomado la decisión de anular hoy el enlace aéreo que tenemos con destino a Moscú y de redirigir los vuelos hacia Singapur y Nueva Delhi para no sobrevolar Rusia», indicó el director general de IAG, Luis Gallego, citado por AFP.
Entre tanto, Polonia y República Checa anunciaron que a partir de ayer cerraron sus espacios aéreos a las compañías rusas.
También, entre su paquete de sanciones a Rusia, el Reino Unido vetó a la aerolínea Aeroflot con fuertes operaciones en el mercado aéreo inglés. Como consecuencia, Rusia prohibió el uso de su espacio aéreo a todos los aviones vinculados al Reino Unido.
Por su parte, Ryanair, la aerolínea con más rutas entre Europa y Kiev, decidió cancelar todos los vuelos con Ucrania. Lufthansa o Wizz Air, también tomaron medidas. Cabe destacar que Ucrania cerró su espacio aéreo para evitar posibles atentados.
Alza en materias primas
Los precios de las materias primas también reportan alzas continúas debido al conflicto en Europa del Este.
En este sentido, medios europeos reportaron que el precio al contado del gas natural aumentó un 31 %. Cabe destacar que el suministro de esta energía, vital para el continente, depende principalmente de Rusia desde donde importa más del 40 %.
Mientras que el petróleo subió hasta $7 y superó los $100 por barril. En 2008, debido a la crisis económica global, el precio del barril de crudo llegó a $136. Según datos de la Organización de Países Productores de Petróleo (OPEP), un 11 % del bombeo global de crudo depende de Rusia.
Mientras que los países en conflicto suman un 30 % de la producción global de trigo cuyo suministro a los mercados mundiales podría reducirse ya que, según estadísticas globales ya se cotiza en sus precios más altos en una década.
La industria global ligada al paladio, cobre, platino y níquel, también está expectante, debido a que Rusia es uno de los principales productores de estas materias primas que ya habían aumentado su valor tras la pandemia COVID-19.