El alcalde de San Salvador, Mario Durán, anunció ayer que el próximo 2 de noviembre —Día de los Fieles Difuntos— se pondrá en marcha un plan de bioseguridad en todos los cementerios capitalinos, donde se permitirá el ingreso de tres personas por grupo familiar, que cuenten con el esquema de vacunación completo, y solo podrán permanecer 45 minutos en el lugar.
Para ingresar a los camposantos, los visitantes deberán pasar un control de bioseguridad que incluirá la aplicación de alcohol en gel y la toma de temperatura, mientras que el uso de la mascarilla será obligatorio.
Las autoridades han dispuesto que los menores de 12 años y las embarazadas no podrán entrar ese día a los cementerios; además, recomendaron que tampoco asistan los adultos mayores.
En el caso de los familiares de fallecidos por la COVID-19 o por sospecha de esta enfermedad, podrán ingresar dos personas del grupo familiar, pero entregarán sus ofrendas florales a los empleados municipales —que estarán protegidos con trajes de bioseguridad— para que las trasladen hacia los nichos.
La alcaldía capitalina también dispondrá de 104 empleados del Departamento de Promoción de Salud, para que, junto con personal de la Administración General de Cementerios y de Protección Civil, orienten y atiendan a los asistentes.
Asimismo, la alcaldía contará con 140 elementos del Cuerpo de Agentes Metropolitanos (CAM) y 110 de la Policía Nacional Civil (PNC) para que garanticen la seguridad.
También serán distribuidos 108 empleados municipales para la limpieza de los cementerios, y serán instalados 40 basureros temporales para que los visitantes desechen guantes y mascarillas.