La pandemia de la COVID-19 fue el origen de la crisis en la cadena de suministros, la cual se redujo debido a las restricciones de movilidad y las suspensiones laborales en algunas áreas, sumado al encarecimiento de las materias primas y a la disminución de la demanda. El reciente conflicto en Ucrania ha llevado a un nivel más alto el problema para el abastecimiento del mercado mundial tanto de alimentos como de materias primas y productos ya terminados.
La expansión del coronavirus por todo el mundo trajo una sensible reducción del consumo de combustibles debido a las cuarentenas y a las restricciones de movilidad que se impusieron en los países, lo que repercutió en la menor circulación de automotores. Sin embargo, en la medida que se reactivaba la economía en todas las naciones, el petróleo empezó a incrementar de precio y provocó, a su vez, el aumento en el valor de otros productos, como alimentos, materiales de construcción, entre otros.
Este aumento en la demanda no fue acompañado por el aumento de la producción debido al interés de las naciones petroleras para empezar a recuperar lo perdido en la pandemia, en la que siguieron produciendo, pero ganaron menos porque produjeron menos barriles.
Las sanciones impuestas por Estados Unidos a Rusia por el conflicto en Ucrania incluyen la prohibición de importar el petróleo y el gas ruso, lo que conlleva multas para los países o las empresas que le compren a ese país, que es el segundo productor mundial de hidrocarburos. El presidente estadounidense, Joe Biden, reconoció que estas medidas implican pagar un alto costo con el aumento desmesurado en el precio de la gasolina.
El presidente Nayib Bukele anunció el jueves por la noche 11 medidas para aliviar en El Salvador los efectos de la crisis económica mundial. De estas, la mayoría se refiere a los combustibles, ya sea con la supresión temporal de dos impuestos en las gasolinas y el diésel (el FEFE y el Cotrans) y el despliegue de inspectores que verifiquen el cumplimiento de esta. Lo mismo se hará con la distribución de tambos de gas, cuyo precio recibirá un mayor subsidio de parte del Estado. Además se promoverá una ley que frene los abusos en el comercio de productos derivados del petróleo.
Para enfrentar uno de los efectos directos del aumento del petróleo, el Gobierno suprime por un año el cobro de los aranceles de la importación de 20 productos de la canasta básica y se agilizará la importación de los proveedores con permisos reconocidos internacionalmente.
Una vez más, el Gobierno se pone a la vanguardia para enfrentar la crisis, como lo hizo al inicio de la pandemia y que llevó a tan buenos resultados.