Uno de los vecinos más queridos de la colonia Milagro de la Paz, en San Miguel Centro, es Alberto Mejía Sagastizado, mejor conocido como don Beto, un hombre de aparente semblante serio pero amante de la música, el baile y un traguito de buen licor de vez en cuando.
El pasado domingo don Beto celebró en su casa junto con sus hijos y el resto de su linaje sus 107 años de vida.
«Estoy con mis nietos y toda la familia que me visita y me acompañan, estoy contento», manifestó quien podría ser uno de los hombres de mayor edad en San Miguel.
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Margarita Mejía, una de sus hijas mayores, dice que en el Documento Único de Identidad (DUI) de su padre señala que nació el 12 de mayo de 1920 en el distrito de Moncagua, San Miguel Centro. Si este es el caso, su edad sería de 104 años, pero, de acuerdo con familiares, él fue inscrito en el registro familiar cuando ya tenía tres años.
«Ya tenía sus años cuando le fueron a sacar el boleto [partida de nacimiento], el DUI no refleja la edad real de él, y siempre lo celebramos el 12 de mayo», asegura Margarita, quien disfrutó el cumpleaños de su padre. «A él le gusta la música porque le gusta que la gente baile», añade.
Don Beto sostiene que procreó cerca de una docena de hijos, pero el núcleo familiar de los Mejía está conformado por seis mujeres y dos hombres, que ha dado paso a una descendencia de 26 nietos, 58 bisnietos y algunos tataranietos.
Marina López, de 30 años, es madre de una niña de cuatro años; esta última sería parte de la cuarta generación descendiente de don Beto Mejía.
«Mi niña convive mucho con su tatarabuelo, ella lo adora», comentó la madre y bisnieta.
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Para Marina el amor y los cuidados que su «abuelo» recibe de parte de toda la familia y personas que le aprecian son claves para que pueda formar parte de los pocos que sobrepasan los 100 años en El Salvador.
Otras de sus hijas, Elsy del Carmen Mejía, de 63 años, cree que la buena alimentación es clave para que su padre se mantenga en pie. «Cuando estábamos chiquitos él siempre estaba en casa. El fin de semana se iba al mercado a comprar hueso para hacer una sopa de res y estar en familia, le gustaba preparar cócteles de concha», comenta.
En los últimos años en la dieta de don Beto predominan las frutas y verduras, muy poca carne y mucha agua.