Brasil recibió una cachetada este jueves en la calurosa Cuiabá: Venezuela, con un golazo de chilena del delantero Eduard Bello, le robó un empate histórico 1-1 y le hizo perder el liderato del clasificatorio sudamericano para el Mundial-2026.
El defensa Gabriel Magalhaes, de cabeza, abrió la cuenta (50) para los pentacampeones del mundo en el estadio mundialista Arena Pantanal.
Pero el atacante venezolano (85) puso la paridad con una pirueta preciosa en la recta final de un juego en el que la Vinotinto, dirigida por el argentino Fernando Batista, hizo lucir muy terrenal a la Seleção de Fernando Diniz.
Brasil perdió inesperadamente su marcha perfecta tras haber vencido a Bolivia (5-1) y Perú (1-0) en septiembre, y cedió el liderato de la eliminatoria con Argentina, que hiló tres triunfos consecutivos al derrotar más temprano a Paraguay (1-0) en Buenos Aires.
Ahora, herido en su orgullo, deberá prepararse para un choque de alta exigencia: visitar al Uruguay (4º) de Marcelo Bielsa el martes en Montevideo.
Venezuela, que consiguió su segundo empate en suelo brasileño por la eliminatoria (0-0 en 2009), cayó a la sexta posición, con cuatro puntos, y abrirá la cuarta jornada ante Chile (5º) el mismo día en Maturín.
Soldado advertido…
En voz de su capitán, Casemiro, Brasil había reconocido su favoritismo frente a la única selección sudamericana que nunca ha clasificado a una Copa del Mundo.
Pero el mediocampista del Manchester United (ENG) advirtió que un eventual triunfo en la Arena Pantanal, en el estado de Mato Grosso (centro-oeste), iba a ser trabajado.
No erró, pues los hombres del «Bocha» Batista se plantaron bien en la primera parte y evidenciaron las dificultades que tiene la Seleção para ejecutar la partitura que ha hecho brillar a Diniz en el Fluminense de Rio de Janeiro.
Si bien tuvo el control del balón y terreno, apenas exigió al portero venezolano, Rafael Romo, de respuesta sobria, en remates desde fuera del área de Neymar (3), Rodrygo (20) y Casemiro (38).
Elaboró juego especialmente por la banda izquierda, la de Guilherme Arana y Vinicius Jr, de regresó tras perderse los juegos de septiembre por lesión.
Pero también dio espacios por esa zona para que el atacante Darwin Machís, con un centro que malogró Yangel Herrera (15) y un remate (45+1), despertara a Ederson.
Batista y sus muchachos se envalentonaron el miércoles diciendo que esperaban «robar algo de Brasil», y lo cumplían con solidez defensiva, ayudados también por la falta de desenvoltura del circuito ofensivo brasileño.
El plan venezolano se derrumbó, sin embargo, al regresar de los camerinos.
El mazazo
Neymar empezó a enderezar el caminado en su primera incursión peligrosa a las 18, desde donde remató con derecha para que Romo se luciera de nuevo (49) y enviara la bola al córner.
El ’10’ cobró al primer palo, dentro del área chica, adonde llegó la cabeza de Gabriel Magalhaes, de 25 años, para fusilar al arquero de la Universidad Católica de Ecuador y marcar su primer gol en su tercer juego con la ‘Amarela’.
La anotación del zaguero del Arsenal (ENG) abrió la contienda, y ambos equipos jugaron más sueltos y con más espacios, refrescados además por varios movimientos en el banquillo.
Diniz sustituyó a Richarlison, divorciado con las redes, por Gabriel Jesus; mientras que Batista dio entrada a dos hombres de perfil ofensivo, Bello, Yeferson Soteldo y Jefferson Savarino.
A los cuatro minutos de entrar al campo, el ’10’ venezolano cobró un tiro de esquina (62) que halló la testa de Yangel Herrera, quien no dudó en impactar la bola para exigir a Ederson.
Venezuela avisó que empezaría a pasar más tiempo en terreno brasileño, a sabiendas de que dejaba vulnerable su retaguardia ante los veloces delanteros de la ‘Canarinha’.
Pero la noche cuiabana, con sensación térmica de 32 grados, no se entendió ni con Neymar ni con Vini ni con Rodrygo. Por el contrario, se alió con los visitantes.
Savarino, tras recibir por la derecha un pase de Cristian Cásseres, centró al corazón del área, donde Bello honró su apellido con una anotación digna de pintura y que a la vez dejó claro que aún falta rodaje para que el ‘dinizismo’ sea marca registrada en la Seleção.