Era menor de edad todavía cuando viajó a Estados Unidos. Su madre, a quien no miraba desde que tenía tres años, la llevó a ese país, ya que empezó los trámites para que pueda convertirse en ciudadana, en busca de mejores condiciones. Esa es parte de la historia de Brenda Álvarez, una chica llena de sueños, entre ellos está surfear y representar a El Salvador.
Brenda era muy buena amiga de Katherine Díaz, la seleccionada nacional que falleció este año cuando en la playa la impactó un rayo. La federación tuvo que buscar un reemplazo y ahí entró en contienda Brenda para tratar de hacer un buen trabajo como lo hacía Díaz.
«Vine este año y salieron con que faltaba un puesto y convocaron a chicas. Nos entrenaron bastante, casi un mes, mientras era la competencia. Luego fue la competencia, éramos cuatro por un puesto y de ahí gané el puesto. Di todo porque es algo que yo siempre he querido y siempre he soñado: estar en una competencia así de grande. Más el mundial. Estoy superfeliz, entrenando con todo», asegura la joven surfista.
En Estados Unidos no podía surfear, ya que tenía que viajar en carro cinco horas para llegar al mar; además, necesitaba de un permiso especial. Describe como «una pesadilla» no poder saltar al agua.
En este mundial también estará bien acompañada, puesto que Évelyn Centeno, otra de las seleccionadas, es su tía y ya cuenta con muchos años de experiencia en este deporte.