El bosque cafetalero de la parte alta del volcán de Conchagua, en La Unión, se ha ido perdiendo en la última década, al punto que fincas completas están deterioradas y las plantas han sido taladas debido a la falta de incentivos y de apoyo que requiere este sector.
Según los pobladores de Concha-gua, en dicha zona existieron grandes extensiones de tierra con fincas de café, las cuales, aparte de producir el grano de oro, también eran fuentes de empleo para las comunidades, pero poco a poco se han ido perdiendo.
«Antes el volcán de Conchagua era una zona cafetalera y hubo coope-rativas de café, pero prácticamente la planta se perdió en un 60 %, y solo ha quedado un pequeño grupo de seis personas que están cosechando. Pero no se puede decir que son grandes cantidades», comentó Deysi Velazquez, líder de la comunidad Chachagua.
El deterioro del bosque cafetalero en el volcán ha tenido grandes efectos en la generación de empleo, pero hay un impacto mayor en el ambiente, pues dicha zona es como el pulmón que produce aire puro para todo el municipio y donde también se ubican algunas fuentes de agua que abastecen a las comunidades.
Por esa razón, al menos seis comunidades se han propuesto reactivar el bosque cafetalero, quizá no tanto apostar por la producción, sino reforestar el área y mantener las condiciones ambientales que se tenían hace varios años.
Recientemente, a través de diferentes gestiones, lograron que el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) enviara 30,000 plantas de café, las cuales fueron distribuidas entre unas 30 familias.
«Por condiciones del clima no lo podemos hacer en todo el departamento y solo hemos priorizado este municipio y Nueva Esparta», manifestó Victoria Gutiérrez, gobernadora de La Unión.