Zulema Ayala es una profesora de educación parvularia que con esfuerzo y dedicación ha buscado la manera de continuar brindándoles conocimientos a sus estudiantes de cinco años a través de las plataformas tecnológicas, como parte de la modalidad a distancia a causa del coronavirus.
Ella da clases presenciales en el Centro Escolar Herbert De Sola, de la ciudad de San Miguel, pero ante el cierre de la escuela fue la cochera de su vivienda el nuevo salón.
Ahí realiza sus clases virtuales y graba videos para enviárselos a los padres de sus alumnos. En los siete meses de la suspensión las paredes de la cochera se han ido adornando para que sus estudiantes se sientan como en la escuela.
Al inicio de la cuarentena por la emergencia sanitaria, para darle seguimiento a sus alumnos llamaba a todos los padres de familia brindándoles indicaciones sobre las actividades de los niños. Tardaba alrededor de tres horas para terminar de llamar a los padres de sus 34 estudiantes. Sin embargo, las capacitaciones que recibió del Ministerio de Educación (Mined) y el apoyo de una estudiante practicante de la Universidad de El Salvador (UES), le ayudaron a encontrar otras formas.
Actualmente, hace una videoconferencia cada semana a la que se conectan los padres con sus hijos; así puede darles seguimiento y explicarles las actividades que desarrollarán en los siete días.
Hay padres que no cuentan con el tiempo suficiente para conectarse debido a sus trabajos, con ellos adopta otras estrategias, como enviarles audios; y para los que no tienen internet en casa, lo hace por teléfono.
La docente menciona que en el desempeño de su trabajo ha sido difícil acostumbrarse a la nueva modalidad, pero se apoya en las planificaciones que provee el Mined y la franja infantil educativa; tratando de que sus estudiantes la vean durante las tardes.
Entre las mayores dificultades que enfrenta están el desinterés de algunos padres por ayudarles a sus hijos, así como el recurso y el tiempo, en otros.