La feligresía católica de Ahuachapán celebró sus fiestas patronales con una procesión, que mantiene una tradición de 158 años, en honor del Dulce Nombre de María.
La procesión partió de la iglesia La Asunción para recorrer las principales calles de la ciudad.
La devoción de los ahuachapanecos volvió a estar presente luego de dos años de ausencia debido a la pandemia de la COVID-19.
En Ahuachapán, esta procesión tiene un significado especial debido a que varias personas coinciden y recuerdan que tras un fuerte terremoto que sacudió a la ciudad decidieron salir con la imagen en una solemne procesión por las principales calles para pedir su protección.
La comunidad católica también disfrutó de la procesión de Los Jesusitos, que también es una tradición antigua en honor del Dulce Nombre de Jesús.
Según la historia, se desarrolla desde 1855 y fue impulsada por el párroco y presbítero Isidro Menéndez, quien mandó a tallar 300 imágenes pequeñas de Jesús con la cruz a cuestas.