Un grupo de hombres armados obligó al conductor y a sus pasajeros a descender de un autobús del transporte público y luego lo incendió a eso de las 10 de la noche del miércoles, en el departamento de Nariño, Colombia.
El bus de servicio intermunicipal pertenecía a la empresa Supertaxis, que hace su recorrido desde Cali y se dirigía hacia el municipio de Tumaco. Los agresores apuntaron con sus fusiles a los 28 ocupantes. Las autoridades no reportan víctimas tras el incidente ni enfrentamientos entre grupos armados, un escenario que se repite cada día en diferentes partes del país.
Tampoco se reportan detenciones. Esto ocurrió el mismo día en que se desarrolló la marcha de la mayoría, en exigencia a la destitución del presidente Gustavo Petro ante los vínculos del Gobierno con el narcotráfico y la corrupción.
El gobernador encargado del departamento de Nariño, Darío Alexánder Chávez, aseguró que la situación sigue siendo crítica debido a la crisis humanitaria provocada por los enfrentamientos entre grupos armados, especialmente en zona de cordillera, norte de Nariño y la región pacífica. «Rechazamos estos nuevos actos de violencia que afectan la movilidad y tranquilidad de nuestros habitantes. Adicionalmente, sigue el incremento de los asesinatos, ayer una persona más falleció en Samaniego. Es lamentable que se sume a estas estadísticas en Nariño», compartió Chávez.
En las últimas semanas, los hechos violentos han ido en aumento en Nariño. Este ataque armado ocurrió dos días después del lanzamiento de un artefacto explosivo en una delegación policial, que dejó saldo de dos personas heridas.