Los resultados de las estrategias desarrollas que propician una condición sanitaria favorable ante la COVID-19 muestran como cada día El Salvador se acerca al final de la pandemia, así lo aseguró el ministro de Salud, Francisco Alabi.
El Salvador implementó recientemente el uso voluntario de la mascarilla, basado en los parámetros establecidos por los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés): la cantidad de casos positivos, de los que se registran menos de 200 por cada 100,000 habitantes; la cantidad de ingresos hospitalarios, los cuales rondan abajo del 10 % y el porcentaje de camas utilizadas para pacientes COVID-19, el cual corresponde al 4 %.
«Darle la buena noticia a la población, que esto es una muestra de cómo el país va avanzando, de como está cerca de llegar a este punto tan esperado que es el fin de la pandemia; pero, sobre todo, es el resultado de cada una de las acciones que la población hizo: cumpliendo con los protocolos, poniéndose su vacuna, tomando las medidas de contención epidemiológica, aprendiendo qué era el coronavirus», dijo Alabi.
A más de un año de implementada la estrategia de vacunación, el Ministerio de Salud (Minsa) registró, de acuerdo con la última actualización, que hasta el 26 de abril se habían 10,680,432 dosis a escala nacional.
De estas, 33,442 habían sido aplicadas a extranjeros que residen o visitan el país por diversas razones. El Salvador fue de los primeros países en habilitar la administración del biológico a personas de otras nacionalidades, manteniendo los principios de voluntariedad, gratuidad y universalidad.
«El Salvador está apoyando con un granito de arena para que todas las personas extranjeras puedan venir y aplicarse las dosis. Hace poco más de una semana veíamos el caso de una madre mexicana que traía a su hijo a vacunar a El Salvador porque en su país todavía no existía cobertura para ese grupo etario», destacó el titular de Salud.
El funcionario señaló que priorizar la salud de la población por parte del Gobierno del presidente, Nayib Bukele, es que lo actualmente le permite al país tener una mejor condición sanitaria comparada con el resto de los países de la región.