El Congreso de Estados Unidos aprobó este miércoles la apertura formal de una investigación sobre una eventual destitución del presidente Joe Biden por los turbios negocios de su hijo en el extranjero.
Este procedimiento no tiene prácticamente posibilidades de éxito, pero es un estorbo para la Casa Blanca antes de las elecciones presidenciales de noviembre de 2024, en las que Biden busca ser reelegido.
Los conservadores, que tienen la mayoría en la Cámara de Representantes desde enero, acusan al líder demócrata de haber utilizado su influencia cuando era vicepresidente de Barack Obama (2009-2017) para permitir a su hijo Hunter realizar negocios en China y Ucrania.
«Joe Biden mintió repetidamente al pueblo estadounidense», acusó el jefe del comité de investigación de la Cámara de Representantes, James Comer.
La respuesta del presidente ha sido inmediata.
«En vez de hacer su trabajo (…) deciden perder el tiempo con esta artimaña política infundada que incluso los republicanos en el Congreso reconocen que no está respaldada por hechos», reaccionó Biden en un comunicado minutos después de la votación.
Horas antes, su hijo Hunter dio una inusual rueda de prensa en la que negó las acusaciones contra su progenitor.
«Permítanme decirlo lo más claramente posible: mi padre no participó financieramente en mis negocios», aseguró frente al Congreso de Estados Unidos.
Hunter reconoció «haber cometido errores» en su vida, pero acusó a «los trumpistas», es decir a los partidarios del expresidente republicano Donald Trump, de intentar «deshumanizarlo» para «perjudicar» a su padre.