El contour con blush es una técnica de maquillaje que combina el contorneado tradicional con el uso estratégico del rubor para esculpir y realzar las facciones del rostro, aportando un aspecto más fresco y juvenil.
¿Cómo lograrlo?
1. Preparación de la piel: Limpia e hidrata tu rostro para asegurar una aplicación uniforme del maquillaje.
2. Aplicación del contorno: Utiliza un producto en crema o polvo, dos o tres tonos más oscuros que tu piel, para definir áreas como debajo de los pómulos, sienes y línea de la mandíbula. Difumina bien para evitar líneas marcadas.

3. Aplicación del rubor: Elige un tono que complemente tu piel y aplícalo en las mejillas, justo encima del área contorneada. Esto añade calidez y un toque saludable al rostro.
4. Difuminar: Integra el contorno y el rubor con movimientos suaves para lograr una transición natural entre ambos.
5. Iluminador (opcional): Aplica un toque de iluminador en los puntos altos del rostro, como la parte superior de los pómulos y el puente de la nariz, para añadir luminosidad.
Esta técnica es ideal para quienes buscan definir sus rasgos sin recurrir a un contorneado intenso, ofreciendo un acabado natural y radiante.