El año que recién termina dejó un balance positivo para la seguridad en El Salvador. De acuerdo con las autoridades, 2024 alcanzó cifras históricas en seguridad. Se convirtió, de hecho, en el año con menos homicidios de la historia. La tasa fue de 1.9 asesinatos por cada 100,000 habitantes, todo un récord no solo en el país, sino también en el hemisferio occidental, y muy lejos de la barbarie en la que los políticos de partidos corruptos mantuvieron al país.
Las autoridades reportaron también un aumento en la eficiencia para resolver los crímenes violentos. La Fiscalía ha reportado que, gracias al trabajo junto con la Policía Nacional Civil (PNC), la Fuerza Armada y el Órgano Judicial, el 98.2 % de los homicidios fue resuelto el año pasado. De este modo, la impunidad que en los gobiernos de ARENA y del FMLN era de arriba del 95 % ahora es menos del 2 %.
Este aumento en la seguridad trajo consigo una disminución de otros delitos violentos, los cuales se redujeron arriba del 40 % en comparación con 2023. De acuerdo con las estadísticas oficiales, por ejemplo, los robos tuvieron una reducción del 44.86% (en 2023 hubo 876 casos, frente a 483 del año pasado); las violaciones pasaron de 1,915 casos en 2023 a 804 el año pasado, una reducción del 58.02 %.
Las extorsiones también se redujeron en 48.50 % en 2024 (377 casos respecto a las 732 denuncias por este delito el año anterior). Otro delito no violento —pero que atenta contra el patrimonio— es el hurto, que tuvo una reducción de 22.41 % el año pasado.
Cuando el presidente Bukele se disponía a implementar el Plan Control Territorial para declarar la guerra a las pandillas, lo que luego se reforzó con el régimen de excepción, lo que le advirtieron es que encerrar a todos los mareros y sus colaboradores implicaría un golpe grande en la economía: todo el dinero robado, hurtado y extorsionado que disponían los criminales dejaría de fluir. Es decir, el consumo, el comercio y la compra de servicios que adquirían disminuirían.
El Gobierno llegó a calcular en 10 % la reducción del PIB por la eliminación de la economía criminal. Sin embargo, el país reaccionó de otra forma y, en lugar de contraerse, la economía creció 3.5 %.
Ahora vemos que el turismo sigue rompiendo récords y está atrayendo visitantes que gastan su dinero en el país, mejorando la economía. Sin duda, recuperar el país y desarticular a las maras fue la mejor decisión del presidente Bukele.