Arizona, la desconfianza, planea sobre el día de la elección
En medio del cerrado duelo entre Donald Trump y Kamala Harris, Camille Kroskey esperó a depositar su papeleta de forma presencial. Para esta republicana, el voto por correo es algo impensable en Arizona, uno de los siete estados clave en las presidenciales, donde abundan las teorías conspirativas. «Quiero asegurarme de que dejo mi papeleta donde realmente llegará a alguna parte», dijo a la AFP esta asistente de salud de 62 años frente al ayuntamiento de la localidad de Surprise, Phoenix. Urnas llenas, máquinas electorales pirateadas, voto por correo manipulado, entre otras acusaciones, han surgido desde hace años. «¿Cómo es posible que después de todos estos años de pronto comienza a haber problemas con las máquinas electorales?», reaccionó Kroskey. «Nuestro sistema no es seguro. No tenemos certeza de que todos sean contabilizados apropiadamente», sostuvo esta votante al mencionar que a la casa de una de sus colegas de trabajo llegaron tres juegos de papeletas electorales, algo que según ella podría permitir un fraude.
En Pensilvania acuden a votar pensando en la falta de empleo
Para los votantes que hicieron fila este martes para sufragar en Erie, un condado de Pensilvania que tiene fama de definir elecciones presidenciales en Estados Unidos, los temas más importantes de estos comicios son proteger y crear nuevos empleos. Mason Ken Thompson, de 66 años, votó en una escuela primaria de Erie, la ciudad principal de este condado de Pensilvania que lleva el mismo nombre, y cuyos 270,000 habitantes tienen un rol preponderante en la elección de Kamala Harris o Donald Trump como presidente. Erie es uno de los pocos condados donde arrecia la pelea por votos entre demócratas y republicanos. Eligió al expresidente Barack Obama dos veces, luego a Trump por unos pocos miles de votos, antes de inclinarse por el demócrata Joe Biden en 2020. El camino a la victoria del expresidente Donald Trump o la vicepresidenta Kamala Harris posiblemente cruza Pensilvania, y este condado mayoritariamente blanco y obrero, en el noroeste, concentra los temas clave de la elección.
Inseguridad y derechos, determinantes en un barrio en Nueva York
La inseguridad, pero también derechos como el aborto o la unión de parejas del mismo sexo, determinan el voto en Washington Heights, un barrio eminentemente hispano, con una gran comunidad dominicana, en Manhattan.
Al igual que en el resto de Estados Unidos, en la Alianza Dominicana, un centro cultural situado en la calle 166 del oeste de la ciudad, reconvertido en colegio electoral, el voto de esta comunidad otrora eminentemente demócrata, ahora está compartido entre Kamala Harris y Donald Trump.
Los dos candidatos a la presidencia han cortejado durante la campaña a los votantes hispanos. Más de 36 millones de latinos están registrados para esta elección, casi 15 % del electorado, aunque solo la mitad suele acudir a las urnas. La inseguridad en este barrio popular pesa. Después de mucho reflexionar, Olga Rojas, de 67 años, decidió depositar su voto por Trump pese a que siempre ha votado demócrata. «Tenemos dos personas que no convencen […] Me decidí por Trump», agregó.
En Nevada ponen el costo de la vida en la balanza
Inflación, el costo de la gasolina, los alimentos y el aumento del alquiler eran los asuntos más comentados por muchos de los electores que acudieron a las urnas este martes en Las Vegas, donde la economía impacta los bolsillos, y por ende los votos.
En Nevada, uno de los siete estados decisivos del país, la economía es el factor decisivo para el 37 % de los electores, de acuerdo con una encuesta del Emerson College. «Aquí, desde el COVID el costo de vida está fuera de control», dijo Lee Lovett, quien trabaja en una tienda de equipos de video, y quien fue a las urnas con los precios de la vivienda en mente.
«Varias personas tienen que vivir en una misma casa, familias enteras, porque no pueden pagar su propia casa […] Eso es importante», agregó Lovett.
Michael Pidding, un veterano retirado que se mudó a Las Vegas hace siete años por la posibilidad de comprar una amplia casa gracias a los bajos costos inmobiliarios de la época, dice apoyar a Trump porque durante su gestión «todo era barato».