Ya son dos años desde que Valladares se dedica a la producción audiovisual, animación, organización de eventos y comercio por Internet. Un sinfín de actividades que el salvadoreño aprendió de forma autodidacta viendo incluso tutoriales en Youtube.
«Tengo dos años que abrí mi empresa, pero desde hace ocho vivo solo de la fotografía y video», detalló.
Este fruto representa un triunfo para Valladares, luego de recordar que en su adolescencia le costó incorporarse a su nueva vida por no saber inglés o sueco, por ello buscaba a latinoamericanos para conversar en su lengua materna.
La práctica constante también fomentó su creatividad, especialmente en los viajes a diferentes países europeos cuando era el encargado de grabar las presentaciones de un grupo de baile de extranjeros.
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Su propia aventura laboral comenzó en la segunda mejor agencia de ventas en Estocolmo, «Key Solutions». De 250 empleados entre suecos y latinoamericanos, la empresa contrató al salvadoreño para que manejara su publicidad. Valladares no dudó en aprovechar la oportunidad y se incorporó al equipo.
Los seminarios de ventas a los que asistía de parte de la agencia y le tocaba documentar, abonaron aún más su conocimiento y lo prepararon con las herramientas digitales para presentar un producto, contar con las mejores estrategias para lanzarlo al mercado y venderlo. Además, la empresa abrió otra entidad en ese mismo rubro en la que Valladares incluso era accionista.
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«Con la publicidad correcta puedes vender lo que sea y no hay que ser una empresa grande para hacerlo», corroboró en director de JC prostudios, el cual significa Jonathan y Christopher González, por un compañero chileno con el que trabajó en sus proyectos anteriormente.
Después de tres años en Key Solutions, buscó su crecimiento profesional y decidió abrir su propio estudio. Le dio el nombre de su marca personal.
La compañía tiene presencia en redes sociales como @jcprostudios y en Youtube dando asesorías a sus seguidores y otras compañías grandes en el país europeo.
«A un artista no le puedes decir lo que tiene que hacer, porque la creatividad automáticamente se bloquea», comentó el connacional.
«Poner una empresa no cuesta en Suecia, lo que cuesta es mantenerla porque tiene que pagar la mitad de los impuestos», detalló a «Diario El Salvador».
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Aunque la pandemia por la COVID-19 estancó su negocio desde el año pasado, Valladares ahora se prepara con la creación de una galería compuesta por piezas que destaquen la belleza del parto y la maternidad, una inquietud que surgió luego de convertirse en padre.
El salvadoreño regresará a sus inicios con el arte y recordará sus clases de la escuela secundaria superior en Estocolmo S:t Eriks Gymnasium, aplicará técnicas abstractas y minimalistas, para incursionar y conquistar al nuevo público meta. Hoy a sus 30 años, espera viajar a su país natal y transmitir toda su cultura a su hijo.