Hace cincuenta años este viernes, una fiesta en una sala comunal de un edificio en el Bronx marcaba la explosión del hip hop.
Aquella música evolucionó de forma rápida y anárquica, desafiando en muchos aspectos la categorización, pero de ella surgieron algunos patrones.
He aquí algunas de las fases más destacadas del hip hop.
Vieja escuela
Lo que ahora se conoce como la vieja escuela del género son los temas comerciales grabados entre 1979 y 1983, los más antiguos.
«Rapper’s Delight», de The Sugarhill Gang, se convirtió en la primera canción de hip hop de éxito tras su lanzamiento el 16 de septiembre de 1979. Se conserva en el Registro Nacional de Grabaciones de la Biblioteca del Congreso.
«The Message», de Grandmaster Flash and the Furious Five, publicado en 1982, aportó un elemento de conciencia social al género, ofreciendo un crudo retrato de la vida urbana y las tensiones de la pobreza.
Otros artistas importantes del momento fueron Afrika Bambaataa, DJ Kool Herc, Melle Mel and Grandmaster Caz o los Wu-Tang Clan.
Costa este
Nueva York y la costa este fueron fundamentales en el desarrollo del hip hop en la década de 1980 y principios de los 1990, la llamada «edad de oro».
Run-DMC, Beastie Boys y Public Enemy figuraron entre los grupos más influyentes de la época, con letras contra el racismo o sobre el poder de los negros.
Otros, como De La Soul y A Tribe Called Quest, fueron pioneros del «hip hop alternativo», con la aparición de elementos de jazz y R&B.
Salt-N-Pepa, Foxy Brown, Queen Latifah y Lauryn Hill irrumpieron como figuras femeninas, sobre todo Hill, que popularizó el rap melódico.
The Notorious B.I.G. -o «Biggie»-, con el respaldo de «Bad Boy Records», de Puff Daddy, se convirtió en el rey de la costa este tras la aparición de su histórico primer álbum «Ready to Die», en 1994, hasta su impactante asesinato en 1997.
Costa oeste
Los sonidos procedentes de California se impregnaron rápidamente de la electrónica, centrándose más en los DJ que en el rap.
Ice-T fue pionero del rap gangsta de la costa oeste a finales de la década de 1980, mientras que N.W.A alcanzó el disco de platino con su álbum «Straight Outta Compton», en 1988.
Acosado por la polémica y la censura por sus letras soeces -que muchos consideraban misóginas y ensalzaban el consumo de drogas y la delincuencia-, N.W.A. causó sensación por sacar a la luz experiencias de racismo endémico y la represión policial.
Tras la disolución del grupo, miembros como Dr. Dre y Ice Cube hicieron carrera en solitario.
Tupac Shakur también transmitió mensajes de justicia social y se convirtió en uno de los mejores raperos de todos los tiempos, antes de su asesinato en 1996, unos meses antes que el de Biggie.
Dr Dre dio a conocer igualmente a uno de sus protegidos más famosos, Snoop Dogg, cuya lírica relajada llegó a personificar el G-Funk, y cuyo primer álbum «Doggystyle» fue una producción de Dre, quien también influyó en Eminem.
Cambio de milenio
El éxito de Biggie allanó el camino para otras estrellas de la costa este, como Jay-Z, DMX, Busta Rhymes y 50 Cent, con el cambio de milenio.
El disco de Jay-Z «Hard Knock Life (Ghetto Anthem)» fue uno de los mayores éxitos del género, años antes de que su autor se convirtiera en uno de los multimillonarios del hip hop y magnate de la industria. Su trabajo inspiró a productores como Kanye West.
A principios de su carrera, West logró un éxito planetario, con su creatividad lanzada y sus incursiones en la música house, electrónica y soul.
Nicki Minaj fue alabada por su talento camaleónico y su vertiginoso flow, mientras Drake aportaba la sensibilidad del R&B y producía un éxito tras otro.
Kendrick Lamar es uno de los letristas más impactantes de la música contemporánea, con versos que ofrecen una visión tanto personal como sistémica, todo ello ambientado con instrumentales cargados de jazz.
Lamar, así como West y Common, se convirtieron en abanderados del rap progresista en sentido amplio, centrado en los males sociales y el cambio.
El hip hop también florecía en el sur, con artistas como 2 Live Crew, Missy Elliott y Outkast.
Reggaetón latino
En la década de 2010, el nexo del rap se trasladó a Atlanta, cuna del subgénero trap, caracterizado por patrones de platillos y baterías sintetizadas.
El trap sigue siendo uno de los estilos más populares de la música estadounidense, y su influencia se extiende al pop y la EDM, así como al popularísimo reggaetón latino.
Gran parte de su lirismo se centraba en la vida en «la trampa», una referencia a los lugares donde se trafica con drogas.
Artistas como Outkast, T.I., Gucci Mane y Lil Wayne ampliaron su popularidad, mientras Young Thug se convirtió en uno de los más emulados del hip hop contemporáneo.
Entre las superestrellas actuales influenciadas por el trap están Migos, Cardi B y Megan Thee Stallion.
Internet ha sido clave para muchos movimientos contemporáneos como el «Soundcloud rap», el gangsta o el drill de Brooklyn, que ganó peso gracias al trabajo de artistas como el difunto Pop Smoke y Fivio Foreign, mientras estrellas actuales como Ice Spice, del Bronx, contribuyeron a viralizarlo.