Dos salas del Museo de Arte (MARTE), en San Salvador, acogen el proyecto de Ronald Morán y sus colegas. En el primero de los espacios se aloja la mayoría de piezas (el libro de trazos junto a pensamientos del artista, la instalación del Sumi-e y la colección de grafitos).
En este también se han colocado las temidas enredaderas y el «Jardín Tri-letal» con las flores metálicas.
La génesis de las flores es una circunferencia para adecuar en esta uno a uno los pétalos. «Se necesitaba que quedara el círculo perfecto porque la referencia era una flor de loto, de ahí empezaron a transformarse a suculentas, cactus», explica Cristian Escamilla, el único artífice de las flores.
Por supuesto, todo comenzó con la idea de Ronald Morán de usar el alambre de seguridad, sobre todo porque quería validar su propuesta de usar un material grotesco para piezas sublimes -la misma idea que ha prevalecido desde que decidió usar el alambre como materia prima-.
«Quería hacer flores y no tenía la manera de cómo hacerlas. La ejecución la complementó Cristian, la realización técnica. Del concepto a la realización fue trabajo de Cristian», comparte Morán.
Y añade: «El “razor” es un elemento bien identitario de los salvadoreños. Entonces, me interesó la idea de hacer una ironía que en lugar de basarme en elementos naturales que me llevaran a la contemplación y la contemplación a la meditación, partir de un elemento frío, industrial, duro, con características peligrosas».
Concebida la idea de las flores y el jardín, se fueron diseñando pétalos, formas de plantas y alturas de estas. Se han creado bromelias, azucenas, rosas, galán de noche, cactus y hasta un peyote, todas dispuestas en macetas elaboradas exclusivamente para la exposición. Correspondió al artesano Mario López crear las bases, quien recurrió a materiales como basalto, ónix, mármol y cuarzo negro para elaborarlas.
En su conjunto, las flores metálicas, brillosas y letales crean el «Jardín Tri-letal», que puede considerarse la pieza culmen de la exposición «Por encima del jardín».
«Son aproximaciones (a flores) y en el proceso te das cuenta de la versatilidad que podés crear», indica Morán.
Además de la variedad de flores, en el proceso fue necesaria el diseño de nuevas herramientas de trabajo, sobre todo ajustadas a la pequeñez de las piezas. No menos importante fue pensar en cómo dotar de un atractivo visual a cada flor, sus hojas y tallos.
«Para todo se requiere un nivel de cómo crear diagramas y cómo estructurar el cactus, cómo cortar el cactus. Además, todo tiene un tratamiento adicional para lograr ese brillo que tiene, que le da más características artísticas. Es decir, le sacaste el alma al acero inoxidable y lo uniste», señala el artista.
Para el ensamble, Escamilla reconoce que fue como volver a la Edad de Bronce porque cada una de las piezas está ensamblada con remaches, algunos de solo milímetros de largo: «Se puede soldar, pero genera un montón de problemas técnicos adicionales. Buscamos una forma mucho más limpia, que generara posibilidades de generar patrones, y el remache fue la solución perfecta», dijo.
CIERRE DE IMPACTO
En la segunda sala de la exposición sigue dominando la forma del alambre con cuchillas, pero esta vez se trata de dos nuevas apuestas artísticas: un video y una instalación.
En el lugar se despiertan los sentidos de los visitantes. Por una parte está el sonido del tic-tac que emana de la pieza «In-finito» que en palabras de su creador es el «cuestionamiento del tiempo por la inseguridad y el encierro que vivís».
Y no menos impresionante es la choque mental que produce al estar de frente a una enorme barricada con «razor» en medio de un ambiente sombrío.
Arte que se transforma en artículos de promoción
La tienda del MARTE está cambiando poco a poco. Ahora es casi obligatorio visitarla si es que se desea conservar algún recuerdo de la exposición que se disfrutó.
Y es que la administración del museo impulsa -de común acuerdo con los artistas- la elaboración de diversos artículos promocionales que propicien algunos ingresos para la entidad y para los mismos expositores.
En el caso de la obra de Ronald Morán, con su exposición «Por encima del jardín», en la tienda hay diversos artículos en venta y todos con la inconfundible imagen del alambre «razor», en forma de espiral y con cuchillas a ambos lados, que ha inspirado el proyecto.
Se pueden adquirir camisas (en diferentes tallas y diseños), libretas y tazas, entre otros.
De acuerdo con Ronald Morán, las tazas son verdaderas piezas de colección, ya que las elaboró él y son únicas.
Anteriormente, el MARTE ha impulsado que otras exposiciones sirvan de base para artículos promocionales, por lo que en la tienda pueden encontrarse diversas opciones.
Si desea comprar o solicitar información puede llamar al 2243-6099.
También puede escribir al correo electrónico [email protected]
Por ahora no hay catálogo digital, pero ya se trabaja en eso para que los visitantes o amigos del museo puedan colaborar incluso con compras en línea.
Datos del artista
Nació en Chalchuapa, Santa Ana en 1972. De 1988 a 1990 estudió en el Centro Nacional de Artes (CENAR) y en los siguientes tres años realizó estudios de diseño gráfico en la Universidad Dr. José Matías Delgado.
En el 2000 se desplazó a México para estudiar obra gráfica en el Taller Soruco, Oaxaca.
La obra de Morán se ha desarrollado a través del dibujo, la pintura, la fotografía, el video, la instalación y la intervención.
La problemática social ha sido uno de los temas abordados dentro de su producción artística, interpretando situaciones conflictivas como la violencia, la migración y otros problemas.
Ha participado en más de 100 exhibiciones colectivas y en 15 individuales.