Las vacaciones de agosto han comenzado y con estas también la diversidad de platillos tradicionales que a cualquiera hacen caer en la tentación.
La doctora Virginia Romero, especialista en medicina biológica, comenta que en esta temporada es cuando más se rompen las dietas o, a veces sin darse cuenta, se descuida la salud con los posibles excesos de lo que ingiere. La experta sostiene que es posible gozar de unas vacaciones y a la vez cuidar la salud. Por esto en entrevista con «Diario El Salvador» brinda algunos consejos para manejar una alimentación saludable sin tener que sacrificar los famosos «gustitos».
¿Cómo cuidar la salud sin dejar de disfrutar los platillos tradicionales de agosto?
Es bien importante que nosotros tengamos en mente que no es que las dietas tengan que ser superrígidas. Si nosotros nos hemos cuidado por tres meses, un ejemplo: he hecho mi dieta, he ido al gimnasio y me voy a ir de vacaciones. Entonces, yo les digo, hay que saber equilibrar lo que vamos a escoger, lo que vamos a comer. También es importante no saltarse los tiempos de comida porque cuando estamos de vacaciones muchas veces nos dormimos y ya no desayunamos. Hay que hacer nuestros tres tiempos de comida como siempre y los refrigerios muy saludables.
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¿Qué hacer cuándo se sale de la casa y difícilmente se sigue la dieta?
Si voy a la playa y me ponen un pollo a la plancha, un pollo empanizado o un pollo horneado; yo voy a tratar de elegir sin quitarme los gustos. Por ejemplo, el ceviche de pescado tiene menos calorías que un ceviche de camarón en salsa rosada. No es que nos tengamos que privar, sino saber elegir. Además se debe tomar mucha agua. Tenemos la gran bendición de que en nuestras playas hay cocos, y el agua de coco es muy bondadosa, nos ayuda a hidratar nuestra piel. Entonces, tenemos que hidratarnos, porque si nos ponemos a tomar, el licor lo que hace es que nos deshidrata. Si nos vamos a broncear, tenemos que tener la piel bien hidratada. Si bebe alcohol, no se olvide de tomar mucha agua. La intención es equilibrar todo lo que consumimos.
¿Cuáles son los otros alimentos saludables por los que se puede optar en esta temporada?
Hay jícamas y sandías. Estas lo que tienen son porcentajes grandes de agua; por ejemplo, si le agarra la ansiedad y está en la playa, este tipo de frutas le van a ayudar muchísimo. Las frutas se pueden comer a cualquier hora.
¿Cuáles son los riesgos de caer en el exceso?
Hay pacientes que me dicen: «Mire, ¿y si me como una porción de pastel o postre?». Recuerde que también tiene que ver la cantidad que consume. No es lo mismo comerse todo el pastel que una porción. Jamás deje de comer, porque si lo hace su organismo no tendrá los nutrientes suficientes para el funcionamiento diario. Una dieta debe ir acorde con la persona. Por eso no creo que sean saludables las dietas con ayunos o intermitentes. Una persona que, por ejemplo, es diabética y no para de ingerir gaseosas o pasteles va a elevar sus niveles de azúcar en la sangre a un punto que puede llegar a un coma diabético. Lo ideal es buscar un profesional que les dé una alimentación de acuerdo con lo que usted va a marear, se va a desmayar y va a sentir hormigueos en las manos. El problema es que va a tapar las arterias y las venas, y le puede dar un infarto o un derrame. Siempre es recomendable que al menos una vez al año se haga un chequeo general, porque puede verse saludable, pero adentro está mal y con los exámenes se detecta lo que está pasando.
¿Cómo involucrar a los más pequeños del hogar en una dieta saludable?
A los niños los podemos ir introduciendo haciendo platos con muñequitos de los vegetales o decorando con animalitos, porque, a veces, con ellos cuesta un poco fomentar esa parte. También ir disminuyendo o eliminando, idealmente, las sodas y los jugos. Yo ya he tenido pacientitos de nueve años con hígado graso. Nosotros desde pequeños debemos educarlos en que tienen que ir comiendo saludable, y les podemos dar un premio de vez en cuando de algo que les gusta. Esto es importante, porque el índice de obesidad infantil a escala mundial está superalto. La verdad es que, a veces, no visualizamos el porqué tenemos una cultura en la que si vemos al niño gordito, lo consideramos saludable y al flaquito no. Hay que procurar en ellos un peso adecuado a su edad. Además, si ven que en su casa comen saludable, lo harán ellos también.