Domingo Benítez, de 69 años, sorprende con su carisma, su baile y, sobre todo, por su resistencia para tocar durante tres horas el violín en una chanchona, la cual es de su propiedad y lleva por nombre Atardecer Musical.
Pero su edad y su carisma musical no son lo único que sorprende de la trayectoria de este músico originario del cantón El Chaparral, de Chilanga, en Morazán, sino también la capacidad que ha tenido para integrar su agrupación musical con parte de sus hijas y hasta con sus nietas.
Benítez cuenta que aprendió música sin estudiar en una escuela y que, en la actualidad, va a todos lados alegrando con su chanchona.
«Yo comencé en la música desde los 10 años, yo solo me hacía los instrumentos de palos y cumbos, y no sabe cuánto deseaba un instrumento, pero nunca me lo pude comprar. Luego me encontré a unos amigos y les pedí que me prestaran unos instrumentos viejos que tenían y no me los negaron, y ya de un día para otro logré afinar y tocar el violín», contó Benítez.
Este músico tiene 11 hijos, seis aprendieron música con él. Cuatro son parte del grupo Atardecer Musical: Elizabeth, quien toca la batería; Yesenia, el güiro; Zulma, las congas, y Mirian, la guitarra. Pero ahora también se van sumando sus nietas Karen Vásquez como vocalista y Érika Vásquez en el baile.
Tanto las hijas como las nietas de este músico están agradecidas con él por haberles inculcado el arte de la música, y confiesan que lo admiran por la alegría que proyecta durante cada una de las presentaciones artísticas a las que asisten.
