El crecimiento de la mayor economía de América Latina entre abril y junio fue alentado por la expansión de la industria (2,2%) y los servicios (1,3%), detalló el instituto estadístico IBGE en un comunicado.
Se trata del cuarto resultado positivo encadenado del PIB brasileño, reafirmando una tendencia de recuperación tras la pandemia.
En el primer trimestre, el Producto Interior Bruto (PIB) creció 1,1%, una cifra actualizada este jueves luego que en junio se anunciara un incremento de 1%.
La cifra del segundo trimestre superó la mediana de las expectativas de crecimiento de 0,9%, estimado por 75 consultoras y entidades financieras compiladas por el diario económico Valor.
Por otra parte, el PIB brasileño avanzó 3,2% en el segundo trimestre respecto de igual periodo de 2021.
El resultado es una buena noticia para el presidente ultraderechista Jair Bolsonaro en la carrera por la reelección, mientras intenta acortar la brecha de 15 puntos porcentuales que lo separa del líder en las encuestas, el exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva, según Datafolha.
En la víspera, la economía dio otra muestra de mejora: la tasa de desempleo retrocedió a 9,1% entre mayo y julio pasados, a menos de 10 millones de desocupados por primera vez desde 2016.
Impacto de las tasas altas
El desempeño de la economía en el primer semestre llevó a los analistas a revisar sus pronósticos para 2022, cercanos al estancamiento a inicios de año.
La proyección de crecimiento se elevó a 2,1% desde 0,28% en enero, según la última encuesta Focus del Banco Central.
En ese cálculo, sin embargo, los economistas contemplan un crecimiento más débil para el tercer trimestre, cifra que se difundirá en diciembre, pasadas las elecciones.
La desaceleración hacia adelante se relaciona con el efecto diferido del alza de la tasa de interés de referencia por parte del Banco Central de Brasil (BCB) para intentar frenar la inflación: la Selic trepó desde un mínimo histórico por la pandemia de 2% en marzo de 2021 hasta 13,75% el mes pasado.
En tanto, la inflación, una de las principales preocupaciones del electorado, se ubicó en 10,07% en 12 meses a julio, mes en que registró una marca negativa (-0,68%), debido a rebajas en los combustibles y recortes tarifarios promovidos por el gobierno de Bolsonaro.
Analistas señalan que también resta por ver el impacto de la inyección de dinero en la economía, proveniente del aumento de 400 a 600 reales (de 80 a 120 dólares) en las ayudas sociales para 20,2 millones de familias vulnerables.
Brasil cerró 2021 con un crecimiento de 4,6% respecto del año anterior, en que la economía retrocedió 3,9% golpeada por la crisis del covid-19.