La Reserva Federal estadounidense (Fed) subió 0.75 puntos porcentuales su tasa de referencia, ahora situada entre 3.75 % y 4 %, su nivel más alto desde enero de 2008, en busca de conjurar la fuerte inflación, y señaló que las alzas continuarán, aunque tal vez en una escala más moderada.
Al término de su reunión de política monetaria de noviembre, que comenzó el martes, la Fed anticipó «que nuevas alzas de tasas serán apropiadas». Sin embargo, indicó que los efectos de los aumentos ya implementados sobre la economía deberán ser tomados en cuenta para establecer el ritmo de incrementos, según un comunicado oficial.
El presidente del organismo, Jerome Powell, afirmó que se necesitará «tiempo» antes de que el aumento de las tasas de interés contenga la inflación, y eso implicará un enfriamiento de la economía.
Powell enfatizó que el comité monetario del organismo está abierto «a moderar sus alzas de tasas desde la próxima reunión», en diciembre. Pero añadió que es «muy prematuro» considerar una «pausa» en el ajuste.
La inflación en septiembre seguía alta, en 6.2 % en un año, cerca de sus niveles más altos en más de 40 años, según el índice PCE que sigue la Fed.
El alza anunciada es la sexta consecutiva desde marzo, cuando las tasas se ubicaban entre 0 % y 0.25%, mínimos destinados a estimular la economía ante la crisis provocada por el coronavirus.
A días de las elecciones legislativas de medio término en Estados Unidos, en las que el Partido Demócrata del presidente Joe Biden se juega su mayoría en el Congreso, la inflación es la principal preocupación de los estadounidenses. Sin embargo, las subidas de tasas, que buscan enfriar la economía encareciendo el crédito y, por lo tanto, bajando el consumo y la inversión, amenazan con llevar a la economía a una recesión en 2023.