Con la escasez como plusvalía, el agua entró esta semana al mercado de valores. Expertos afirman que en adelante su precio fluctuará en los mercados de la forma en qué lo hacen otras materias primas como el oro, el trigo y el petróleo.
No escaza de polémica, la incursión del este recurso fundamental para la vida ha dividido las opiniones, mientras que algunos grupos defienden que estos mecanismos financieros pueden contribuir a una gestión más eficiente, otros señalan como un sinsentido permitir que se especule sobre ella.
El periódico español El País recogió en su edición del 9 de diciembre que el agua entró al mercado de futuros del Wall Street a través del índice Nasdaq Veles California Water con el ticket «NQH2O».
El valor inicial de la cotización del agua fue de $486.53 por acre pie, una medida que equivale a cerca de 1.4 millones de litros. El índice Nasdaq Veles California Water empezó a funcionar en 2018 impulsado por los precios de los derechos de agua en el mercado de futuros de California.
El rotativo español cita al experto en tema del agua, Gonzalo Delacámara quien explica que «lo que ha empezado a cotizar en Wall Street no es el agua en sí misma, sino los derechos de uso».
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El experto ejemplifica a El País que ocurre algo similar a cuando «un regante A le dice al B, este mes no voy a regar, te cedo mis derechos a cambio de una compensación», pero ahora existe un mercado formal para realizar estas transacciones de derechos.
Sin embargo, a diferencia de los mercados spot donde se pueden realizar transacciones de derechos de agua de forma inmediata, como quien va a un supermercado, en los mercados de futuros en donde se cotiza el agua, los intercambios son a largo plazo.
De forma que «una persona puede no necesitar agua en ese momento, pero sí estar interesada, por ejemplo, en garantizarse su disponibilidad para una campaña de riego en el futuro o para un periodo de años» y accede con antelación al juego del mercado.
EL SALVADOR
Según un informe del Fondo Ambiental de El Salvador (Fonaes), el país tiene la tasa de disponibilidad de agua dulce más baja per cápita en toda América Central y el 95 % de los ríos presentan altos nivel de contaminación ambiental.
Conocedores en la materia afirman que la incursión del recurso en la bolsa podría afectar en el mediano plazo a naciones con situaciones de estrés hídrico, pero actualmente se trata de un mercado «pequeño» de $2,600 millones a comparación otros commodities o materias primas.
«Los contratos de futuros son derivados financieros que reflejan un contrato entre dos partes que se comprometen en una fecha concreta y a un precio acordado, a intercambiar un derecho de uso de agua. Es decir, no se adquiere el agua hoy sino el derecho a usarla en el futuro»
Gonzalo Delacámara, director académico del Foro de la Economía del Agua.