Un espectáculo de luz y sonido ante unas tribunas con varios miles de espectadores, antes de que el balón echara a rodar: la Eurocopa, que debía haberse jugado en 2020 pero que fue aplazada un año por la pandemia del COVID-19, arrancó este viernes con el inicio del partido Italia-Turquía.
En el estadio Olímpico de Roma se autorizó la presencia de unos 16.000 espectadores, un 25% del aforo total del estadio para seguir este partido, que arrancó al medio día de este viernes (hora salvadoreña), justo después de una breve ceremonia de apertura.
El primer balón de la Eurocopa fue entregado por Francesco Totti y Alessandro Nesta, dos emblemáticos exfutbolistas italianos que son un símbolo además para la Roma y la Lazio, los dos clubes vecinos y rivales de la capital italiana. La pelota lleva por nombre «Uniforia» (unidad y euforia).
Después, tras una pieza tocada por la orquesta de la policía nacional italiana, hubo un desfile de inmensos globos hinchables en el césped, una actuación del tenor Andrea Bocelli y una ‘performance virtual’ de Martin Garrix, Bono y The Edge (U2).
Tras el espectáculo fue el turno de los jugadores y de los himnos nacionales de Turquía e Italia, dando pie al fútbol.
La meta para los organizadores es la final de Wembley, en Londres, el 11 de julio. Allí la UEFA espera una presencia más amplia de público, para coronar un torneo que se disputa en un formato inédito, repartido en once ciudades-sede de diferentes países, lo que supone un reto logístico especialmente con la situación sanitaria actual.