Carismático, dócil, soñador, creativo y emprendedor, así es León Maximiliano López, un chef migueleño al que no lo detiene el qué dirán y, pese a que se considera una persona distraída, tiene bien claro uno de sus objetivos: destacar los sabores de la comida salvadoreña hasta llegar a ser un referente internacional.
León se encontró con la cocina por mera necesidad. Es descendiente de una familia de médicos y en 2003 llegó a San Salvador procedente de San Miguel para estudiar diseño gráfico, pero debido a la inversión que en aquellos años exigía la carrera decidió buscar trabajo y llegó a la cocina de un restaurante vegetariano.
«Me gustó el dinero y decidí profesionalizar la cocina. En el ITCA cursé el Técnico en Preparación y Servicio de Alimentos y le agarré gusto a la parte técnica que enseñan. Es importante porque no solo te enseñan a aprender recetas, esta es una educación técnica que es como leer música», asegura López.
Su experiencia en la Escuela Especializada en Ingeniería (ITCA-Fepade) lo llevó a retomar el gusto por las carnes, ya que por 11 años se consideró vegetariano. «Mi perdición fue cuando probé el tocino, fue como una explosión de fuegos artificiales», comenta.
León se ubicó entre los tres mejores de la clase y con ello obtuvo una beca para especializarse en administración de empresas gastronómicas en España. «Estuve en el mejor tercer restaurante del mundo, era el paraíso de la cocina. Siempre digo que fue la “peor mejor” experiencia de mi vida, es para vivirla una vez, es para uno aprender al máximo, pero se debe tener un carácter fuerte para aguantar un restaurante así. La disciplina que aprendí fue tipo militar», relata.
Después de dos años en España, el chef regresó a El Salvador con un solo propósito.
«Siempre vi que en nuestra cultura gastronómica nuestros sabores son increíbles, pero nos hace falta profesionalizar la comida para vernos en una escala internacional», explica.
Por un tiempo dio clases de cocina en una academia culinaria; además, por su experiencia y profesionalismo ha sido el encargado de elaborar los menús de al menos 12 restaurantes en la zona oriental y ofrece el servicio llamado Banquetes Leo. Revela que el platillo que más ordenan para celebraciones es el pollo en salsa de hongos.
Uno de los sueños pendientes de este migueleño es tener su restaurante.
«Me gustaría que sea de pastas, siempre ha sido mi sueño, y fusionarlo con nuestros ingredientes como los chufles, que son tan cotizados en Europa, son un manjar que no apreciamos; el pez caite que para nosotros es un pescado de un dólar, ese filete en Europa cuesta 17 euros. Tenemos maravillas de ingredientes y solo falta destacarlos», dice.