Nacido en Leningrado, actual San Petersburgo, en 1984 en el seno de una familia de profesores universitarios, Pavel Durov pasó su infancia en Italia, hasta que su familia regresó a Rusia tras la caída de la Unión Soviética. Actualmente, conserva la nacionalidad rusa.
En su país de origen creó en 2006 la red VKontakte, que se vio obligado a ceder a un empresario cercano al presidente Vladimir Putin, motivo por el que abandonó Rusia en abril de 2014.
Las autoridades rusas lo consideran como un disidente y han intentando varias veces, en vano, bloquear su servicio de mensajería Telegram.
Obtuvo entonces otras nacionalidades, como la de la isla caribeña San Cristóbal y Nieves, que posee desde 2014 según el periódico Izvestia, o la de Emiratos Árabes Unidos, concedida en febrero de 2021 según la revista Forbes Rusia.
Su empresa, Telegram, está radicada en Dubái, un lugar que considera «formidable» por su «neutralidad» y un ambiente propicio para los negocios.
«Primero fuimos a Berlín… Lo intentamos en Londres, Singapur, San Francisco», explicó en una inusual entrevista en abril al periodista ultraconservador estadounidense Tucker Carlson. «Las trabas burocráticas eran demasiado difíciles de superar».