Los ministros de Salud de los países del G7 llamaron el jueves a la cooperación contra la variante ómicron del coronavirus a la que calificaron como la mayor amenaza actual para la salud pública mundial.
Tras su última reunión el jueves bajo la presidencia británica del G7, se mostraron «profundamente preocupados por el aumento del número de casos» de la variante y consideraron «más importante que nunca cooperar estrechamente», así como «vigilar y compartir datos.
«Esto será clave» frente a una «situación que avanza rápidamente».
Los ministros de Salud de las grandes potencias del G7 «reiteraron su compromiso» frente a las promesas del G7 y del G20 para «luchar contra la pandemia en curso y construir las defensas para el futuro».
Subrayaron que «trabajar juntos es crucial frente a la ola de ómicron que crece rápidamente».
Destacaron la importancia de un «acceso equitativo a los diagnósticos, a la secuenciación del genoma», y a las vacunas y los tratamientos.
Respecto a las vacunas, insistieron en la importancia de las campañas de refuerzo, las «pruebas regulares», así como medidas «no farmacéuticas».