El mapa político que se dibujó con las elecciones de febrero anterior está cambiando. Las renuncias en el interior del partido ARENA de los diputados de Cabañas y La Unión y de dos alcaldes de Cabañas y Ahuachapán son señales del desgaste y la irrelevancia en el escenario de toma de decisiones para el futuro de El Salvador.
Una de las renuncias importantes es la de Carlos Reyes, quien en 1997 inició su carrera como diputado arenero por el departamento de Cabañas. Dijo adiós al instituto político luego de correr como parlamentario durante nueve períodos.
A su partida se sumó el diputado Jorge Rosales, de La Unión, quien actualmente lleva su segundo período como diputado propietario. También fungió como alcalde de Santa Rosa de Lima en dos períodos.
ARENA pasó de tener 37 diputados en la anterior legislatura a ser un fruto de residuos con 14 diputados en la presente Asamblea, como resultado de la decisión soberana de un pueblo que demostró su descontento con este grupo político que gobernó durante 20 años, en cuatro períodos presidenciales.
A cinco meses de asumir la nueva Asamblea Legislativa, ARENA sigue disminuyendo su fuerza y, según algunos analistas, se encamina, igual que el FMLN —con cuatro diputados— a la extinción.
Reyes y Rosales pusieron fin a la relación con el partido de derecha por supuestos desacuerdos con la jefatura de fracción, dirigida por René Portillo Cuadra, aunque este último no lo ha confirmado.
Tras la renuncia de Reyes, el partido expresó en un comunicado: «No toleramos la corrupción, venga de donde venga».
Asimismo, la diputada arenera Rosy Romero dijo que el legislador fue expulsado porque está mencionado en la lista Engel.
En la última sesión plenaria, Reyes continuó en la misma curul, junto a sus compañeros de fracción. «Es importante que la población identifique cómo está ARENA.
Carlos Reyes renunció a su partido. Ahora sabemos por qué están en la esquina», consideró el diputado Raúl Castillo, de Nuevas Ideas. El mismo día en que el partido tricolor se quedó con 12 diputados, también anunció su desafiliación el alcalde de Jutiapa, en Cabañas, Adrián Castellanos, quien desde 2009 dirige dicha comuna.
También los concejales decidieron romper la alianza con el partido, así como otros líderes de juntas directivas.
Así, ARENA perdió importante territorio de influencia en la zona paracentral del país, otrora uno de sus bastiones para seguir con gobernabilidad y donde obtuvo considerables resultados en la última contienda. «Esas renuncias están indicando que no se debe seguir cometiendo los mismos errores.
Debe haber un cambio», consideró Juan Pablo Álvarez, exalcalde de Soyapango, en San Salvador, en una conferencia de prensa. Al cuestionarlo sobre si ARENA es capaz de recuperar la credibilidad de la población, el exjefe municipal dijo que temen desaparecer, si no cambian de estrategias. Pero el partido seguía desmoronándose. A dos días de celebrar la asamblea ordinaria, el alcalde de Jujutla, en Ahuachapán, Víctor Manuel Martínez Jiménez, anunció su salida de ARENA, luego de 15 años como jefe municipal. En el caso de las municipalidades, el partido se queda solo con 33 a escala nacional.
El escenario político de ARENA no se torna nada favorecedor, en el que no se visualiza un liderazgo ni reacomodo. «ARENA va a desaparecer y creo que ellos ya se dieron cuenta.
Ya pasó su figura, nadie los ha reprimido, es la gente la que decidió con sus votos sacarlos», indicó el analista político Dagoberto Gutiérrez.
Desde el proceso de elecciones internas se perfilaban problemas en el interior del partido. Después de la derrota histórica en febrero de este año, cuando los salvadoreños le dieron fuerza a Nuevas Ideas, los areneros no encuentran su horizonte.
En medio de la crisis interna que ha desembocado en la renuncia de decenas de miembros del partido, ARENA llevó a cabo su 40.ª asamblea general, en la que pretendía llegar a acuerdos sobre nuevas estrategias a implementar. Sin embargo, del evento no se conoció mucho por parte de este medio, pues se le negó la entrada al recinto.
Y le sigue lloviendo sobre mojado: varios casos de corrupción y malversación de fondos manchan y salpican a muchos líderes areneros.