El mundo recibió el 2023 y dejó atrás un año turbulento marcado por la guerra en Europa, alzas de precios, las muertes de la reina Isabel, Pelé y el papa emértio Benedicto XVI y la gloria mundialista de Lionel Messi.
Por una noche, muchos decidieron dejar de lado los presupuestos cada vez más ajustados por la inflación y un virus que todavía causa estragos en China para sumarse al ambiente festivo de Nochevieja tras años marcados por el covid.
Sin las restricciones sanitarias de los últimos años, en Río de Janeiro, la mítica playa de Copacabana recibió multitudes para un show de fuegos artificiales y una decena de conciertos.
Son tiempos conmocionados en Brasil, que se despide con tres días de duelo de la leyenda del fútbol Pelé y espera, este 1 de enero, la asunción al poder del izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva tras cuatro años de gobierno del ultraderechista Jair Bolsonaro.
«Hay una esperanza de un gobierno nuevo que vea más la salud de las personas» dijo la carioca Ana Carolina Rodrigues, vestida de blanco como es tradición en los festejos de Año Nuevo en Rio de Janeiro.
Los Campos Elíseos de París se llenaron con alrededor de un millón de personas para contemplar los fuegos artificiales.
Sídney fue de las primeras grandes ciudades en adentrarse en 2023, retomando su corona de «capital mundial de la Nochevieja» tras dos años de confinamientos o festejos suspendidos en Australia por el covid.
En Madrid, que ya hace un año fue de las pocas ciudades europeas con festejos normales de Nochevieja, miles de personas se congregaron en la Puerta del Sol para comer doce uvas al ritmo de las campanadas de medianoche.
Y en Londres, multitudes se reunieron a orillas del Támesis para observar por primera vez tras tres años de cancelaciones el espectáculo pirotécnico y audiovisual de fin de año, que en esta ocasión rindió homenaje a la difunta reina Isabel II.
En un servicio religioso en Roma el papa Francisco saludó como «amado» a su antecesor Benedicto XVI fallecido horas antes a los 96 años.
Las celebraciones se vieron empañadas por la tragedia en Uganda, donde al menos nueve personas murieron y varias más resultaron heridas en una estampida en un centro comercial de la capital, Kampala.
El año de Ucrania
La longeva soberana encabeza la lista de personalidades muertas este año: del dirigente soviético Mijaíl Gorbachov al ex primer ministro japonés Shinzo Abe, pasando por el escritor español Javier Marías y el cantante cubano Pablo Milanés.
A ellos se sumaron en los últimos compases de 2022 el legendario futbolista brasileño Pelé y el papa emérito Benedicto XVI, fallecido el sábado a los 95 años.
Pero si por algo probablemente quedará en el recuerdo este 2022 será por el regreso de la guerra a Europa, sacudida desde febrero por la invasión de Rusia sobre Ucrania.
«Fue nuestro año. El año de Ucrania», dijo su presidente Volodimir Zelenski en su discurso de Nochevieja.
Después de más de 300 días de conflicto, unos 7.000 civiles han muerto, más de 10.000 han resultado heridos y unos 16 millones desplazados, según cifras de la ONU.
A pesar del desgaste bélico, el toque de queda, los apagones energéticos y los bombardeos rusos que siguieron sacudiendo la capital Kiev en Nochevieja y Año Nuevo, algunos se mostraban determinados a festejar la noche.
«Nuestros enemigos, los rusos, pueden destruir nuestra calma, pero no pueden destruir nuestro espíritu. Este año es importante tener gente cerca», afirmó el cineasta Yaroslav Mutenko, de 23 años, junto a los escombros dejados por un bombardeo en Kiev.
En la Rusia de Vladimir Putin, Moscú decidió cancelar sus fuegos artificiales. Residente en la capital, Irina Shapovalova, trabajadora de un geriátrico de 51 años, simplemente deseó «un cielo pacífico sobre nuestras cabezas» para 2023.
En su discurso de Año Nuevo, Putin aseguró que «la justicia moral e histórica» está del lado de Rusia, sujeta a importantes sanciones occidentales por la guerra.
Fuegos artificiales
En Nueva York, enormes cantidades de confeti cayeron sobre la multitud después de la famosa caída de la bola en Times Square, una tradición que se remonta a 1907.
Bajo una fría lluvia, la turista mexicana Fabiola Cepeda esperó durante ocho horas en la emblemática plaza. «Definitivamente, vale la pena», dijo.
En Oriente Medio, los Emiratos Árabes Unidos recibieron el nuevo año con un espectáculo pirotécnico desde el Burj Khalifa de Dubái, el rascacielos más alto del mundo con 830 metros.
Unas luces láser acompañaban el espectáculo y formaban mensajes como «Abrazados de nuevo», en una aparente referencia a las restricciones anticovid que empiezan a pasar a la historia.
Pero el virus no ha desaparecido como demuestra la situación en China que, tras desmantelar su estrategia de contención, se enfrenta a un repunte de contagios que presiona hospitales y crematorios y ha llevado a cancelar algunos festejos.
«Todavía estamos en un momento difícil», pero «la luz de la esperanza está ante nosotros», afirmó el presidente Xi Jinping en un discurso televisado de Año Nuevo.