El cérvix es una parte del útero que está en la vagina y es la más propensa, en comparación con otros órganos, a desarrollar cáncer, sobre todo en mujeres que fuman, con enfermedades autoinmunes o que poseen varias parejas sexuales, entre otras causas.
Una de las causas más comunes para desarrollar este tipo de cáncer es el virus del papiloma humano (VPH), el cual se contagia por el contacto sexual.
Para detectar esta enfermedad a tiempo y evitar grandes riesgos a futuro es necesario que, eventualmente, se haga la prueba de la citología, PAP o papanicolaou. ¿Qué es esta prueba? La doctora Mairena Méndez, experta en ginecología y obstetricia, explicó: «Es una prueba de tamizaje para la detección temprana de cáncer de cuello uterino, procesos infecciosos ya sea por bacterias, hongos, por el virus del papiloma humano o procesos inflamatorios del útero. La prueba la realizamos en personas que ya iniciaron sus relaciones sexuales. Se conoce como papanicolaou porque es la persona que descubrió dicho test, en honor a él se llama así».
Aunque se recomienda visitar a la ginecóloga con regularidad, la experta explicó que la toma de esta prueba no necesariamente debe ser tomada por un especialista.
«Hay médicos generales y enfermeras que la pueden tomar, ya sea en unidades de salud o clínicas pequeñas. Ellos tienen el entrenamiento, lo importante es que tengan el recurso o los materiales adecuados para una mejor muestra», indicó.
En cuanto a las diferentes enfermedades de transmisión sexual, la ginecóloga señaló que no es necesario hacer la citología para detectarlas, sino que se detecta vía visita clínica.
«Dependiendo el agente causal o el microorganismo que la provoque y según la característica que la presente podemos orientarnos más si es una infección vaginal por bacteria, hongos o parásitos que pueden estar afectando. En algún momento podemos apoyarnos con un cultivo de secreción vaginal», relató.
El cuido de esta zona es responsabilidad de cada mujer, por lo cual la obstetra recomendó visitar al ginecólogo, mínimo una vez al año, y hacerse un chequeo que dependerá de la edad. En personas mayores también se recomienda la toma de la mamografía. La primera visita a una especialista es recomendable desde los 13 años en adelante, ya que se comienzan a observar cambios físicos, así se aclaran las dudas que las adolescentes tengan.
EN QUÉ CONSISTE LA PRUEBA
Este examen debe formar parte de la rutina del chequeo general o control ginecológico. Para hacerla, el médico introducirá un espéculo de plástico (descartable) dentro de la vagina. El espéculo se abrirá (cómo si fuera el pico de un pato) para separar las paredes de la vagina, y poder llegar al cuello uterino con otro instrumento (una espátula) con el cual se tomará la muestra. Las células recolectadas son enviadas a un laboratorio para el análisis.
El papanicolaou tarda menos de 10 minutos y no es doloroso, pero sí podrías sentir un poco de presión cuando el médico abra el espéculo o cuando se haga el raspado leve.
¿QUÉ HAGO SI LOS RESULTADOS SON ANORMALES?
La doctora recomendó no alarmarse ni sentir miedo, ya que no necesariamente significa que se tiene cáncer cervical. Si hay un resultado poco claro o dudoso, lo mejor es tomarse otra prueba y esclarecer las dudas.
Un resultado anormal es porque se han detectado cambios en el cérvix, estos pueden ser leves o graves.
En algunas ocasiones se denominan precancerosos, es decir que aún no son cancerosos pero necesitan tratamiento, ya que con el paso del tiempo pueden llegar a afectar.
Otra alternativa es que el médico te pida la prueba del VPH para detectar los tipos de virus que son de alto riesgo y que podrían generar la aparición de células precancerosas.
La colposcopía es otro examen que se puede hacer, si es necesario, para examinar de cerca el cuello uterino y descartar las células malignas.
