Latinoamérica tiene regiones recónditas e impenetrables; megalópolis y villas en miseria sin servicios básicos; selvas tropicales, montañas, desiertos, fenómenos naturales devastadores y unas economías duramente golpeadas, un conjunto de circunstancias que no facilitarán vacunar contra el coronavirus.
Por si fuera poco, la región más castigada por la pandemia no es ajena a la desconfianza que genera la vacuna entre algunos sectores, producto de la desinformación.
El transporte «a los sitios más alejados de las grandes ciudades y a barrios periféricos, con la conservación de la cadena de frío» para la vacuna, será el primer reto, pero también contar con recursos humanos capacitados para el manejo adecuado de las vacunas, aseguró a la AFP el epidemiólogo colombiano Carlos Trillos.
LEA TAMBIÉN: Papa Francisco reclama vacunas para todos frente al individualismo radical
La región ya experimentó un aperitivo de lo que será la campaña de vacunación tratando de llevar los cuidados y las medidas contra el coronavirus a los 3 millones de indígenas esparcidos por la Amazonia, un territorio de 7.4 millones de km2, casi siete veces el tamaño de España.
Mientras el mundo festeja los primeros resultados exitosos de lo ensayos de algunas vacunas, los gobiernos de la región buscan finiquitar planes para inmunizar a la mayoría de sus habitantes, un proceso que será «desafiante y costoso», estimó el subdirector de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Jarbas Barbosa.
Cerca de 12.5 millones de los 630 millones de latinoamericanos se han infectado de coronavirus y al menos 435,000 han muerto, un tercio del total de las víctimas mortales de la pandemia en el mundo, según un balance llevado a cabo por AFP basándose en informaciones oficiales.
LEA TAMBIÉN: Argentina empieza a vacunar el martes contra la COVID-19
Todos los países de América Latina y el Caribe han suscrito su interés en adherirse al Covax, el mecanismo suscrito por la OMS para garantizar el acceso a la vacuna en el mundo, aunque algunos carecen de capacidad para comprar las vacunas, detalló Barbosa.
Pero este instrumento proveerá dosis para alcanzar solamente a entre 10 % y 20 % de las poblaciones, por lo que muchos gobiernos han firmado aparte acuerdos bilaterales.
La vacuna se administrará de forma gratuita. En una primera fase, las campañas se destinarán a profesionales de la salud, trabajadores esenciales y, en algunos casos, a personas mayores o con condiciones que generen mayor riesgo de desarrollar formas graves de la COVID-19.
LEA TAMBIÉN: Países europeos comienzan a vacunar mientras se propaga nueva cepa de la COVID-19
Justo cuando experimentan contracciones históricas por el impacto de la pandemia, las economías latinoamericanas han tenido que destinar importantes sumas de dinero a esas precompras.
Países de menores ingresos como Bolivia, Haití, Guyana y varias islas del Caribe apuestan a su condición de elegibles por el Covax para recibir vacunas sin aportar fondos, así como en una parte lo harán El Salvador, Honduras y Nicaragua, fuertemente afectados por el paso de los ciclones Iota y Eta. Las últimas proyecciones del Covax estiman que solo vacunar al 20 % de la población de la región costará más de $2,000 millones.