Durante su campaña, Joe Biden promulgó decenas de soluciones para defender los derechos de los inmigrantes en Estados Unidos por un trato más justo, digno y seguro. Sin embargo, esa postura que tanto alivio dio a las familias no ha sido cumplida completamente en sus primeros 100 días de Gobierno, por ello, organismos en defensa de los inmigrantes sostienen que, aunque ha habido avances, todavía falta mucho que hacer y se asegurarán de exigir que así sea.
Aunque ordenó detener la construcción del muro fronterizo con México, su promesa de suspender las deportaciones masivas no fue concretada. «Durante 100 días, a partir del 22 de enero de 2021, el DHS suspenderá las deportaciones de ciertos no ciudadanos que hayan sido ordenadas», detalló el entonces secretario interino, David Pekoske, recién llegado al poder el presidente Biden. Su intento fue frenado inmediatamente por el juez federal Drew Tipton, quien argumentó que Biden «no justificó concreta y razonablemente la pausa de 100 días de las deportaciones».
Desde entonces no hubo otra acción de parte del Gobierno para buscar una alternativa. Para el director del Centro de Recursos para Centroamericanos (Carecen), Abel Núñez, la administración demócrata está fallando mucho y no ha usado el Poder Ejecutivo como lo había pregonado. A su criterio, las deportaciones no cesan porque no ha eliminado el Título 42, que es herencia del Gobierno de Donald Trump. El título permite mantener la frontera cerrada para contener la pandemia de la COVID-19. Biden tiene toda la potestad de suprimirlo, pero ha decidido mantenerlo.
«En gran parte está haciendo las cosas diferentes al presidente Trump, pero llega a la misma conclusión: eliminar la habilidad del inmigrante que busca una oportunidad en Estados Unidos. De esa manera no tiene que otorgar ningún proceso judicial o beneficios», detalló Núñez.
La directora asociada para la Construcción del Poder de Alianza Américas, Mony Ruiz Velasco, dijo que Biden cumplió con su parte de interrumpir las deportaciones a fin de reevaluar todos los sistemas y procesos que existían, pero la corte lo paralizó. Algo con lo que no coincide es con la vigencia del Título 42.
«Deben eliminarlo de inmediato. No hay ninguna razón para que ellos no puedan manejar de una forma humanitaria a las personas que están viniendo a pedir asilo bajo los sistemas de ley que existen», argumentó.
Casi 17,000 de los casi 53,000 padres e hijos capturados en la frontera con México fueron deportados bajo el Título 42 en marzo. Otra promesa que ha quedado en el aire es el aumento de admisión de refugiados. Biden aseguró que para aplacar la crisis migratoria aumentaría a 62,500 los refugiados para el año fiscal 2021, mientras que para 2022 la apuesta sería de 125,000.
En abril, la Casa Blanca se retractó y dijo que mantendría la cuota anual de 15,000 refugiados, la misma cantidad que dejó Trump.
«El presidente empezó a dar vueltas diciendo que ese no es el número final, está haciendo sus cálculos políticos y tiene la mirada en las elecciones de medio término no en los problemas en la frontera», arremetió Núñez. Para detener las críticas en su contra, el presidente aseguró que la cuota se elevaría a mediados de mayo.
«El incremento que prometió fue después que la comunidad expresó su disgusto y señaló que está rompiendo la promesa que hizo en la campaña. Este fue el resultado de las comunidades organizadas que elevaron sus voces para mandar ese mensaje», afirmó Velasco.
Las autoridades estadounidenses han reportado una imparable ola migratoria irregular como resultado de las nuevas políticas de Biden, una realidad con la que no está de acuerdo el presidente de Carecen, quien aseveró que sí hay un aumento, pero «es una crisis manufacturada por los medios de comunicación estadounidenses y por sectores antiinmigrantes. Eso le da pánico a Biden y su administración se siente que no puede dar más porque está ese problema en la frontera». «Es una crisis para las personas que huyen de la violencia y pobreza, pero no es una crisis para Estados Unidos. Podemos regresar a un modelo de operación como la que hizo Obama, donde hablaban bonito pero en la práctica no hacía mucho», manifestó Núñez.
Velasco, de Alianza Américas, opinó lo mismo. «No hay una crisis en la frontera, se ha hecho una serie de mensajes y la administración no ha tomado el control de esa situación, de decir no es una crisis, estamos viendo números más elevados que hace algunos meses, pero no es algo que no podamos manejar», dijo.
Sin revisión del TPS
El presidente Joe Biden incitó, el jueves por la noche, al Congreso a aprobar la reforma migratoria que da la ciudadanía a 11 millones de indocumentados y la residencia permanente a los beneficiarios del TPS y DACA. Los organismos a favor de los inmigrantes aseguran que el demócrata podría conceder un alivio sin la intervención del Legislativo.